José María Aznar, por boca de Mariano Rajoy, leyó ayer la cartilla a la dirección del PP. En la reunión del comité ejecutivo del partido, Rajoy, por orden del expresidente, dio lectura a una misiva en la que Aznar se presenta como víctima de todo tipo de "mentiras" y "difamaciones". A renglón seguido, y por unanimidad, la cúpula conservadora aprobó una resolución en la que defiende "con toda la energía" a Aznar ante la "campaña antidemocrática" orquestada en su contra por el PSOE.

El lastre del pasado sigue minando a Rajoy, a quien ayer le correspondió una ingrata tarea: reunir al comité ejecutivo del PP para enaltecer la figura de su mentor, cuestionado tras confesar que conservaba informes secretos del 11-M --aunque luego rectificó-- y desvelarse después que pagó con dinero público a un lobi que le gestionó la Medalla de Oro del Congreso de EEUU. Primero Rajoy leyó a puerta cerrada el texto de Aznar; después, ante las cámaras, la resolución en favor del expresidente, aprobada por aclamación.

"DOS GOLPES MUY DUROS" "Me hubiera gustado dirigirme cara a cara a vosotros, pero es mejor que mi presencia no suponga ningún tipo de condicionamiento (...) para que podáis expresaros con toda libertad". Así empieza el escrito de Aznar, que denuncia los "dos golpes muy duros" asestados contra su "credibilidad personal" mediante "la exageración y la desfiguración".

Aunque él mismo dijo lo contrario, Aznar niega tener en su poder --"en ningún soporte salvo en mi memoria"-- los informes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre la masacre de Madrid. Acerca del lobi al que contrató, y que recabó apoyos para que lograse la Medalla del Congreso de EEUU, asegura que "jamás" dio "instrucciones" para que le gestionara el galardón. También dice que "nunca" ha sentido un "interés especial" por las distinciones, y que su único objetivo fue que España fuera "aliado y socio privilegiado" de Washington.

"Juntos hemos vivido intentos de descalificación (...) por parte del PSOE (...) y torrentes de odio, rencor y mentiras", recuerda el expresidente Aznar a los populares, a los que advierte de que se les intenta "arrinconar como partido" y forzarles a "pedir perdón" por haber gobernado. "No voy a arrepentirme de lo que juntos hicimos al servicio de España", remacha.

"MANIOBRA REVANCHISTA" Tras oír esta soflama, la cúpula del Partido Popular no pudo por menos que aprobar la resolución leída por Rajoy. El texto insta al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, a abandonar la actual "campaña de desprestigio" contra Aznar, que define como "profundamente antidemocrática". Una "maniobra revanchista" que, según esta resolución, pretende "anular al PP como alternativa política".