José María Aznar exhortó ayer a la comunidad internacional a que abandone todo debate sobre las causas del terrorismo y centre su atención sólo en sus consecuencias y en cómo combatirlo. El presidente abogó desde Nueva York por "desmitificar la idea misma" de que pueda haber problemas sociales o económicos que alienten el terrorismo. Aznar no diferenció este tipo de violencia de las luchas contra la tiranía o los movimientos populares de resistencia.

"Quiero decir de manera muy clara que quien asesina en nombre de una patria, un Dios o un modelo de organización económica y social, no es un patriota ni un idealista. Es un asesino", dijo. Aznar hizo estas afirmaciones en la Conferencia sobre las Raíces del Terrorismo, que se celebró ayer bajo el auspicio del Gobierno noruego. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, que inauguró el foro, consideró que el terrorismo no se debe combatir sólo por medios militares y abogó por "ganar los corazones y los espíritus" de los pueblos.

PRUDENCIA FRANCESA

Entre los ponentes se encontraban una quincena de jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el presidente de Francia, Jacques Chirac, que días atrás avisó de que la política de los aliados en Irak había desembocado en un "movimiento de resistencia". Chirac se mostró ayer más prudente, si bien opuso la guerra de Irak a la lucha contra el terrorismo. El líder francés propuso declarar el 11 de septiembre "jornada mundial contra el terrorismo".

El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se refirió a la creciente brecha entre pobres y ricos, y a la constante injusticia a la que están sometidos muchos pueblos, como una de las causas del terrorismo. Aznar, por contra, consideró que, en lugar de causas del terrorismo, hay que hablar del "caldo de cultivo en que la violencia crece y aspira a legitimarse". Mencionó en concreto "el fanatismo religioso, el odio racial y el nacionalismo étnico", que, en su opinión, tienen una característica común: "La exclusión, la eliminación física, cultural y moral de los demás".

Para el presidente español, las motivaciones que declaran los terroristas, sean "sociales, étnicas, religiosas o de otro tipo", sólo buscan "trasladar la ignominia del acto a la nobleza de la causa". "Pero el acto terrorista envilece cualquier causa", agregó. Sin citar nombres, el presidente dirigió un mensaje a Chirac y al canciller alemán, Gerhard Schröder, que se han destacado por su oposición a la política que EEUU desarrolla en Irak con el apoyo de España. Aludió a la reticencia de Francia y Alemania a apoyar una nueva resolución de la ONU promovida por Washington que pretende aumentar la contribución internacional a la estabilización del país árabe sin ceder el mando a la ONU. "En el combate contra el terrorismo todos los países debemos ser solidarios", dijo.

NUEVA CULTURA ESTRATEGICA

Aznar planteó la necesidad de desarrollar una "nueva cultura estratégica" contra el terrorismo a raíz del 11-S, con el argumento de que las nuevas tecnologías permiten a los violentos usar todo tipo de armas. El presidente pasó por alto que los atentados del 11-S se cometieron con un método más bien primario, estrellando aviones secuestrados contra el objetivo. También reclamó Aznar "reforzar el diálogo entre culturas, religiones y civilizaciones".

En un encuentro con la Cámara Española de Comercio en Nueva York, Aznar animó a los empresarios españoles a invertir en EEUU insinuando que él les ha abierto el camino gracias a su relación con Bush. "Las empresas españolas tienen una asignatura pendiente: dar el paso de abordar el mercado americano", dijo.