José María Aznar ha comparecido esta mañana en el Congreso y se ha sumado a la misma tesis que usó Mariano Rajoy en la Audiencia Nacional para marcar distancias con la corrupción en el PP: Aznar se encargaba de la política y no de la gestión económica del partido. "No existe una 'caja b' del PP, no existe una organización del PP para cometer actos delictivos. Otra cosa es que haya habido personas que se hayan situado fuera de la ley o no hayan sido respetuosos con la legalidad", ha declarado el que fuera presidente del Gobierno entre 1996 y 2004.

El expresidente ha acudido a la comisión sobre los escándalos del partido conservador y en ella se está sometiendo a las preguntas de los portavoces de los grupos parlamentarios. Cuando el diputado socialista Rafael Simancas le ha preguntado si las iniciales 'JM' que aparecen en los llamados 'papeles de Bárcenas' se refiere a su nombre, Aznar ha indicado que nunca ha recibido ni ordenado ningún ingreso de pago que no sea legal. Sí ha admitido que pudo "haber ayudado a personas perseguidas que sufrían los embates del terrorismo y pasaban momentos muy malos y penosos".

El exjefe del Ejecutivo ha subrayado que ningún juez instructor ni ningún tribunal ha considerado "necesaria ni útil" para investigar los presuntos casos de corrupción que afectan al PP. "Jamás he sido ni imputado ni llamado a declarar como testigo", ha afirmado.

Aznar se ha mostrado burlón en muchas de sus intervenciones, cuando Simancas le ha propuesto pedir perdón a los ciudadanos "hastiado" por los escándalos en las filas conservadoras. "No tengo que pedir perdón por nada", le ha respondido.

Risas de los diputados populares

El exjefe del Ejecutivo ha acudido a la comisión acompañado por una decena de diputados conservadores, con el nuevo presidente, Pablo Casado, a la cabeza. El líder de los populares se ha ido pero se han quedado dentro el secretario general, Teodoro García Egea, y la portavoz del grupo parlamentario, Dolors Montserrat.

Los diputados del PP le han reído a Aznar las chanzas y los chistes con los que ha ido jalonando sus intervenciones para burlarse de la insistencia de Simancas en algunos puntos.