El líder del principal partido de la oposición, Mariano Rajoy, considera que su partido ya es una alternativa de gobierno, ocho meses después de perder las elecciones. A su juicio, el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero es débil y no tiene un programa con apoyos para la legislatura.

Rajoy asegura, en una entrevista concedida a los periódicos del Grupo Zeta, haber confeccionado con libertad el equipo de dirección del PP y que su antecesor, el expresidente José María Aznar, nunca ha interferido en su liderazgo.

Cree que no hay necesidad de cambiar la Constitución como consecuencia de las reformas estatutarias.

"Nosotros nos presentamos a las elecciones generales del 14 de marzo con un objetivo básico: seguir creciendo económicamente para que los españoles alcancen el nivel de bienestar de los países más importantes de la Unión Europea.

Partíamos de una buena base: nos habíamos acercado en los últimos ocho años en nueve puntos a lo que era la media de bienestar y riqueza de la UE, y se habían creado muchos empleos.

Ese es el objetivo capital del PP a lo largo de esta legislatura. Para eso, hemos planteado una política de estabilidad presupuestaria, seguir con las reformas y la bajada de impuestos, y hacer un esfuerzo en el campo de la competitividad ahora que se produce la ampliación de Europa.

Hay tres asuntos que también nos importan, pero que no hemos planteado nosotros, sino el actual Gobierno socialista: el modelo de Estado, la política exterior y la inmigración, que para mí es tan importante como el primero.

Cuando nosotros gobernábamos, la gente sabía cuáles eran las reglas del juego. Siempre hemos dado certidumbre y confianza a la gente. Un presidente del Gobierno, no sólo José Luis Rodríguez Zapatero, cualquiera, tiene que hacer dos cosas: primero, presentar un programa para los próximos cuatro años. Y, segundo, decir quién lo va a llevar a cabo. Y ni hubo programa ni hubo un pacto de legislatura con nadie. Por eso digo que éste es un Gobierno débil y sin programa".

"Como presidente del Partido Popular, he hecho exactamente el equipo que yo quería. Hay quien se lo creerá y quien no. Yo no le pido a nadie que me crea, pero es así. Si analizamos lo que era el equipo de José María Aznar en un primer momento, el equipo clásico, pues lo formaban Francisco Alvarez-Cascos, Rodrigo Rato, Jaime Mayor, Javier Arenas y Mariano Rajoy. El mío ahora lo integran Angel Acebes, Eduardo Zaplana, Ignacio Astarloa, Gabriel Elorriaga, Soraya Sáez de Santamaría, Miguel Arias Cañete y no sé si me falta alguno.

No son los mismos equipos. ¿Y a quiénes he puesto en el mío? Pues, lisa y llanamente, a los que creía que podían hacerlo mejor. El secretario general, Angel Acebes, es un hombre con mucha trayectoria.

Empezó desde abajo como yo, fue concejal, alcalde de Avila y coordinador del PP, y es una persona respetada en el partido. Zaplana es el mejor portavoz parlamentario que yo podría tener. Los demás son los mejores para sus cargos. ¿He acertado con mi equipo?

El tiempo lo dirá, pero, claro, es la gente que conozco, con la que he vivido muchas cosas en el partido".

"En el congreso del partido de octubre pasado quise que hablara gente con planteamientos distintos. Yo hice la síntesis y fijé mi posición sobre las grandes políticas. Dediqué una parte importante de mi discurso a lo que debía ser mi estilo de hacer política, que es el mío, claro, no puede ser otro ni me voy a inventar uno distinto. Muchos planteamientos se han ido plasmando en algunas cosas. Nosotros estamos hoy en la ponencia de reforma del Estatuto de Cataluña. A ver qué sale de todos estos temas, yo estoy dispuesto a hablar de ellos".

"Desde que dirijo el PP, Aznar en el partido no me ha dicho nada ni se ha inmiscuido en mis decisiones. Todas las decisiones importantes las he tomado yo. El se ha retirado de la vida política. Con absoluta tranquilidad, ahora tiene que comparecer en la comisión de investigación del 11-M".

"Creo que estoy en condiciones de ganar las próximas elecciones. Para que un partido pueda ganar se necesitan dos cosas: la primera es que el Gobierno no lo haga a satisfacción de la mayoría. Y la segunda es que el partido de la oposición tenga credibilidad. Creo que esto segundo

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