El pleno del Consejo de Estado aprobó ayer por 24 votos a favor y uno en contra, el de José María Aznar, el informe sobre las cuatro modificaciones de la Constitución que le había solicitado el Gobierno. Aznar alertó de que no se trata de una reforma acotada, sino de un proceso de gran calado al que se opone, por lo que anunció un voto particular.

Después de 18 votos afirmativos, le llegó el turno al líder popular. Su voto en contra fue el primero y el único de toda la sesión. Pese a esta oposición global, el expresidente del Gobierno se mostró partidario de suprimir la preferencia del varón sobre la mujer en la sucesión a la Corona, dejando a salvo los derechos del príncipe de Asturias. Lo que a Aznar le preocupa de esos cambios es que se deduzca que se trata "de una nueva instauración, o de una nueva Monarquía"

En su intervención, Aznar razonó que si se pretendía algún cambio en la articulación del modelo territorial, debería modificarse primero la Carta Magna y más tarde los estatutos. No como ocurre ahora.

La resolución aprobada señala que si se optase por situar el listado de las autonomías en el título preliminar de la Constitución, "se subrayaría su importancia en la estructura del Estado." En cuanto a las autonomías bilingües, propone añadir, tras el nombre en castellano, "el equivalente en su lengua propia". La opinión de Aznar distó mucho de estos criterios.

DIFERENTE RASERO Aznar dijo también que los cambios que pretende el Gobierno --la reforma en la sucesión en la Corona, la inclusión del acervo jurídico comunitario en la Carta Magna, la denominación de todas las autonomías y la reforma del Senado-- no pueden ser tratados con el mismo rasero. El texto aprobado se enriquecerá con las matizaciones de varios consejeros, y junto con el voto particular de Aznar será entregada a José Luis Rodríguez Zapatero. Su carácter no es vinculante.

La propuesta del Consejo de Estado aprobada ayer señala que los cambios en la Corona deberían realizarse en el artículo 57.1 de la Constitución, siempre con la mención de que el heredero es el príncipe Felipe. A partir de ahí, suprime la frase que prima "en el mismo grado al varón sobre la mujer" para establecer que los sucesores del príncipe de Asturias seguirán el orden regular de primogenitura, con independencia del sexo del sucesor.

Para esta modificación se requiere un "procedimiento agravado," con disolución de las dos cámaras y celebración de un referendo. Como el Rey y Zapatero quieren evitar que derive en un plebiscito sobre la Monarquía", se baraja plantear la sucesión a la Corona y la adaptación europea en la misma consulta.