Los jefes de Gobierno de España y Alemania, José María Aznar y Gerhard Schröder, escenificaron ayer un estado inmejorable de sus relaciones bilaterales y personales durante la 18 cumbre hispano-alemana, celebrada en Berlín. Pese al clima de "calidez" del encuentro, como lo definió Aznar, ambos líderes constataron sus diferencias en los tres grandes debates europeos: el reparto de poder en la Unión Europea (UE), el pacto de estabilidad y la política de defensa.

Schröder defendió una cuota de votos en el Consejo Europeo basada en la población, mientras el presidente español insistía en la vigencia del reparto de poder fijado en el Tratado de Niza. En cuanto a la difícil situación económica que están atravesando Francia y Alemania, Aznar exigió el cumplimiento del pacto de estabilidad de la UE, y Schröder abogó por su flexibilización. "El pacto se llama de estabilidad y crecimiento, aunque a veces se olvide la última parte", recordó.

Aznar dijo ignorar que haya una iniciativa franco-alemana sobre la defensa de la UE, a lo que Schröder replicó que la propuesta es en realidad una "decisión europea" impulsada por Francia, Alemania y el Benelux, pero "abierta a todos".

En donde hubo más coincidencia entre ambos fue en el futuro de la defensa europea. El presidente español subrayó que la UE debe asumir más responsabilidades defensivas con un incremento de sus capacidades militares.