José María Aznar admitió ayer algunas reformas tasadas de la Constitución en cuestiones que consideró "secundarias" como "la igualdad" de derechos entre el hombre y la mujer en la sucesión de la Corona. En este punto coincidió con el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. En cambio, Aznar se mostró renuente a la reforma del Senado y rechazó de plano cualquier modificación que afecte a los fundamentos del pacto constitucional: el régimen político, las libertades fundamentales, el equilibrio de poderes y la unidad de España organizada en torno a las comunidades autónomas.

Veinticuatro horas después de la solemne celebración del 25º aniversario de la Constitución, el presidente del Gobierno valoró el mensaje de "estabilidad, consenso e integración" del discurso institucional del rey Juan Carlos. En el mismo marco del Congreso, atribuyó el éxito de España en estos veinticinco años al mantenimiento del espíritu de los constituyentes. Por eso se opuso a las reformas que puedan afectar al pacto de 1978. "Soy consciente de que algunos buscan un cambio de régimen" que puede "llevarnos a las andadas y eso no me parece sensato ni prudente", dijo en alusión al plan del lehendakari Juan José Ibarretxe.

CUESTIONES "LOGICAS" Aznar admitió que hay cuestiones "secundarias" y "lógicas" que pueden ser mejoradas, como la igualdad entre el hombre y la mujer en la titularidad de la Jefatura del Estado. "Nadie discute el principio de igualdad en ningún sitio del mundo", dijo.

Sobre la reforma del Senado se mostró mucho más cauteloso. "¿Qué quieren hacer con el Senado? Yo digo que está bien como está", señaló antes de advertir del riesgo de que haya comunidades autónomas que reivindiquen el derecho a vetar leyes. "No soy partidario de un Senado ni de un Tribunal Constitucional en el que unos sean más que otros".

El jefe del Gobierno reforzó su argumentación indicando que Alemania está debatiendo la reforma de su cámara alta (Bundesrat) porque "no funciona" y consideró chocante que algunos aboguen por el modelo alemán mientras los alemanes se escoran por un modelo senatorial como el español.

Las reticencias de Aznar en su último aniversario de la Constitución como presidente del Gobierno contrastaron con el impulso de Zapatero para "poner al día" la Carta Magna en "algunas cuestiones limitadas". El líder del PSOE mencionó las cuatro reformas que ha puesto su partido: "El fin de la minusvaloración de la mujer, que todas y cada una de las 17 autonomías y las dos ciudades autónomas figuren con sus nombres en la Constitución, la reforma del Senado y la incorporación de la constitución europea a la Carta Magna española". Y auguró que la derecha las acabará aceptando.