La violencia de ETA ya no encabeza las preocupaciones de los ciudadanos vascos. Así lo confirman los resultados del Euskobarómetro al constatar un descenso de ocho puntos en sólo seis meses. El terrorismo pasa del segundo al cuarto lugar en el ránking de los principales problemas mientras avanzan posiciones los relacionados con el bienestar y los grandes servicios públicos como la sanidad o la educación.

El hecho de que la violencia preocupe ahora menos está en relación con un mayor optimismo respecto al final del terrorismo. Son el 75 % de los vascos los que creen que la situación ha mejorado, cuando hace seis meses ese optimismo era del 63%. El director del estudio y responsable del Departamento de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco, Paco Llera, subrayó que en los dos últimos años, periodo en el que no se ha producido ninguna víctima mortal por parte de ETA, el optimismo ha crecido 49 puntos.

El rechazo frontal y mayoritario a ETA y la descalificación de sus activistas alcanza a 6 de cada 10 vascos. Además, siguen erosionándose los apoyos a la banda en el mundo aberzale. De hecho, se detecta una práctica desaparición del apoyo total, así como la reducción a un 3% de los que respaldan el uso de la violencia con una justificación crítica.

Los resultados del sondeo correspondiente al segundo semestre del 2005 también confirman que se ha reforzado la preferencia mayoritaria de los vascos (82%) por una eventual negociación entre el Gobierno y ETA. La mayoría, el 49%, estima que el diálogo debe condicionarse al abandono de las armas por parte de la banda, mientras el resto no pone exigencia alguna.

LA REFORMA DEL ESTATUTO Casi 8 de cada 10 vascos consideran que éste es un momento oportuno para reformar los estatutos de autonomía, y también el de Gernika. Sin embargo, se apuntan disensiones sobre cómo llevarlas a cabo. Así, el 35% se declara contrario a reformas que puedan quebrar la solidaridad interterritorial, mientras que el resto discrepa sobre ese límite.

También hay divergencias sobre hasta dónde debe llegar la reforma. Una cuarta parte se decanta por mantener el modelo autonómico; el 38% prefiere una fórmula federal, mientras que la independencia o el modelo confederal atrae a casi un tercio. Hay mayor coincidencia para determinar el grado de consenso necesario para la reforma. Es un 71% el que considera imprescindible que los cambios obtengan como mínimo un acuerdo igual al que logró el Estatuto de Gernika. Además, una mayoría, el 55%, ve bien que el País Vasco se defina como nación.

Las 1.200 entrevistas, realizadas entre los días 2 y 23 de noviembre, han confirmado un retroceso en la valoración de los vascos respecto al Gobierno tripartito de Ibarretxe, que pasa del 39% el pasado mayo al 33% ahora. También constatan una gran división respecto a las fórmula de Gobierno deseadas. La alianza entre nacionalistas y socialistas es la que más apoyos logra (24%), seguida de un Ejecutivo sólo de nacionalistas (18%). La entente de PNV, EA y EB sólo suma el 15 % de respaldo.