ETA empezó ayer a cumplir su amenaza contra el nuevo Gobierno vasco, si bien apenas logró causar ligeros daños en un repetidor de Cantabria y el desalojo de un colegio y una urbanización en Castro Urdiales, ante el aviso de otra bomba. La banda recurrió a un atentado que no entraña riesgos: la colocación de un artefacto --de 3 a 5 kg-- en un repetidor alejado de la ciudad y que estalló pasadas las 7.10 horas. Además, alertó de una segunda bomba en otro repetidor para causar alarma.