ETA asumió, en un comunicado publicado ayer en Gara, los atentados perpetrados en junio y julio, entre ellos los que costaron la vida al inspector Eduardo Puelles y a los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá. La nota reivindica tres asesinatos y, a renglón seguido, invita al Gobierno a sentarse a negociar con la cúpula de la organización terrorista. "Lo que ETA lleva buscando durante largas décadas es una solución política y dialogada que haga materializables todos los proyectos políticos de manera democrática", señala.

El mismo día en que hace estallar tres bombas en Palma, ETA afirma en el comunicado que "no quiere imponer ningún proyecto". Busca, queda claro, volver a la mesa de negociación que la propia banda dinamitó y, paradójicamente, aprovecha otros párrafos para cargar, en términos muy duros, contra el que debería ser uno de sus supuestos interlocutores, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Le amenaza, pero también al PSE y al PP, y critica al PNV y a Nafarroa Bai por el apoyo que ofrecen a la Guardia Civil.

De hecho, en su mensaje, ETA asume asimismo la colocación del artefacto contra la sede del PSE en Durango (Vizcaya) el 10 de julio, que solo causó daños materiales. Pero es en la tremenda explosión de una furgoneta aparcada frente a la casa cuartel de Burgos, el 29 de julio --en la que, pese a todo, no hubo que lamentar ninguna víctima--, donde más se entretiene la banda.

Los terroristas replican a las informaciones de Interior y aseguran que sí hubo una llamada de aviso, pero que "los policías del 112 colgaron para obligar a llamar otra vez y así tener tiempo para detener" al comunicante. Además, alardean de que la furgoneta "estuvo aparcada durante medio día y cargada de explosivos", pese a ser el vehículo que los cuerpos policiales llevaban varios meses buscando. La frase es desafiante, pero en conjunto, el comunicado parece no querer nada más que demostrar la inutilidad de la vía policial para acabar con la organización.

La banda arremete asimismo con irreproducibles insultos contra una de sus víctimas, Puelles, que murió en Arrigorriaga (Vizcaya) el 19 junio. ETA lo define como "jefe de las operaciones policiales" contra militantes aberzales. Este inspector, efectivamente, fue una enorme pérdida para Interior, pues era un agente con una envidiable hoja de servicio en la lucha antiterrorista.

AVISO A LA TELEVISION VASCA El comunicado también incluye, por último, críticas a dirigentes de varios colectivos de víctimas del terrorismo y un ataque específico contra la nueva dirección de EITB, la radiotelevisión pública vasca, a quien acusa de estar bajo órdenes del Departamento de Interior y de ser un medio de comunicación formado por "periodistas-policías".

El rey Juan Carlos, de vacaciones en Mallorca, se mantuvo ayer permanentemente informado sobre la cadena de atentados de ETA y sobre la investigaciones que la Guardia Civil y la Policía Nacional llevaban a cabo. Una vez terminada la serie de explosiones, el Monarca lanzó una advertencia a los terroristas: "Esa banda de asesinos y facinerosos no conseguirán alterar la vida democrática española ni la normalidad de la isla".