La banda terrorista ETA aprovechó ayer, por segundo año consecutivo, la celebración del Día de la Constitución para hacer estallar siete bombas de pequeña potencia que no causaron daños personales en cinco autovías de Madrid y en las oficinas de Correos de Alsasua (Navarra) y Zumarraga (Guipúzcoa). Además, un comunicante avisó a las 11 de la mañana de que habían colocado varias granadas en el aeropuerto de Santander y que estallarían entre las 12 y las 14 horas. La policía desalojó el aeropuerto a las 11.45 y lo mantuvo cerrado más de tres horas. Diez vuelos fueron desviados. Las labores de búsqueda de las granadas y de tubos lanzagranadas no dieron resultado.

Los etarras cumplieron la consigna de cometer atentados en las "jornadas en las que los opresores de nuestro pueblo celebran actos". La policía conocía la amenaza y se encontraba en situación de alerta. Si el año pasado los etarras causaron heridas leves a 5 personas con los artefactos que hicieron estallar en Ciudad Real, Alicante, Málaga, Avila, Valladolid, León y Santillana del Mar, ayer las bombas que explotaron en las oficinas postales de Alsasua y Zumarraga sólo provocaron daños materiales.