Batasuna exigió ayer al lendakari, Juan José Ibarretxe, que no convoque las elecciones vascas hasta que se garantice que pueda participar. Pese a que ya se ha anunciado que estos comicios serán el 17 de abril, la ilegalizada Batasuna reclamó que se posponga indefinidamente la firma del decreto de convocatoria "hasta que todas las fuerzas políticas puedan participar en igualdad". Según la izquierda aberzale, el hecho de que Ibarretxe desoyera su petición, supondría "poner obstáculos" en el camino de la paz y se incumplirían los compromisos del lendakari.

En una rueda de prensa multitudinaria en la que no se admitieron las preguntas de los periodistas, la parlamentaria de Sozialista Aberzaleak Rakel Peña hizo este llamamiento acompañada por un buen número de miembros de la mesa nacional como Arnaldo Otegi, Pernando Barrena, Eusebio Lasa, Ainara Armendariz o Karmele Aierbe.

MENSAJE AL PRESIDENTE Peña también pidió al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que respete el "derecho" que Batasuna tiene a participar en las elecciones, y le advirtió de que, "si quiere contribuir" a la superación del problema vasco, no puede "marginar" de la contienda electoral "a los interlocutores válidos" para la resolución del conflicto.

La marca parlamentaria de Batasuna, SA, ha presentado en la Cámara vasca una propuesta en la que exige al lendakari Ibarretxe que cumpla su compromiso del pleno de política general del pasado 24 de septiembre, cuando prometió defender la normalización democrática y que todas las fuerzas políticas pudieran participar en los comicios autonómicos. Barrena remarcó que "la pelota no está sólo en el tejado de Madrid, también en el de Vitoria".

Con este emplazamiento, Batasuna persigue un doble fin. Por un lado, quiere mediatizar las elecciones con el argumento de que carecerán de legitimidad si una parte de los vascos no puede votar a la opción que desea. Y, al mismo tiempo, busca poner a PNV y EA frente a sus contradicciones, ya que sus reiteradas declaraciones en favor de la legalización de Batasuna siempre se han quedado, según ésta, en palabras.

En las últimas elecciones autonómicas, cuando Batasuna se presentó con las siglas de Euskal Herritarrok, y aún era legal, obtuvo 143.000 votos y 7 escaños, que se han revelado como fundamentales para un tripartito PNV-EA-IU con 33 parlamentarios, pero sin mayoría absoluta. Pese a que dirigentes peneuvistas han asegurado que prefieren la legalización de Batasuna a "rascar" un puñado de votos en su electorado, la posibilidad de que la coalición PNV-EA obtenga mayoría absoluta hace soñar a muchos nacionalistas.