Las autoridades judiciales belgas desvincularon ayer las recientes detenciones de cuatro presuntos terroristas marroquís en Bélgica de los atentados del 11-M. No obstante, la policía española estima que el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), al que están vinculados los cuatro detenidos en Bélgica, se encuentra detrás de los brutales atentados.

El fiscal federal belga, Daniel Bernard, manifestó en un programa de la televisión RTBF que, a pesar de que a los cuatro detenidos se les acusa de estar relacionados con el citado GICM, no existen indicios que permitan establecer un vínculo entre Bélgica y los atentados de Madrid. El fiscal añadió que tampoco podía precisar si estaban preparando un inminente atentado.

Sin embargo, el fiscal federal reconoció en la televisión que los atentados de Madrid obligaron a las autoridades judiciales a precipitar la operación contra los medios radicales integristas.

La fiscalía y el grupo antiterrorista de la policía federal realizaron el viernes una veintena de registros en inmuebles de varios distritos de Bruselas y Amberes.

Durante esos registros, los investigadores se incautaron de numerosos documentos de identidad falsificados. La investigación, según la fiscalía, ha permitido constatar la existencia en Bélgica de un nutrido grupo de integristas radicales magrebís vinculados al grupo terrorista GICM. Algunas de estas personas recibieron formación paramilitar en Afganistán, según la misma fuente.

INGRESO EN PRISION Los cuatro marroquís inculpados de terrorismo ingresaron el sábado en el prisión de Forest, en la capital belga. Uno de ellos es objeto de una orden de arresto internacional cursada por las autoridades marroquís por su presunta implicación en los atentados de Casablanca del 16 de mayo del 2003, que provocaron 45 muertos. La justicia belga aún no se ha pronunciado sobre esa demanda de extradición.