Para los nueve británicos detenidos en la base de Guantánamo no hay fecha de regreso. Tony Blair admitió ayer en la Cámara de los Comunes que la vuelta se retrasa. En diciembre, poco después de la visita del presidente de EEUU, George Bush, al Reino Unido, parecía inminente un acuerdo entre Londres y Washington.

"Queremos estar seguros de que si la gente vuelve aquí, no constituya un peligro para la seguridad y lo digo con todo respeto para los implicados", afirmó Blair en la Cámara de los Comunes, respondiendo al líder de los liberaldemócratas, Charles Kennedy. "Seguimos negociando si deben ser juzgados en Estados Unidos o si deben retornar", explicó Blair.

Ni Downing Street ni el ministro de Interior, David Blunkett, han aclarado hasta ahora qué suerte correrán los detenidos una vez en el Reino Unido. Sus familiares y los de presos de otros países europeos crearon el pasado mes en Londres la Comisión de Derechos Humanos de Guantánamo para terminar con la actual situación de vacío legal. B. A.