Baja el paro a las puertas de una jornada electoral tras 14 meses consecutivos de aumento --es decir, sale el sol--, pero ni 24 horas pudo disfrutar el PSOE del buen tiempo por culpa --vista la nota que ayer a media tarde tuvo que redactar el Ministerio del Interior-- de un error de cálculo de uno de sus máximos dirigentes, José Blanco. Este reveló lo que en realidad no debería extrañar a nadie: que el expresidente José María Aznar vive rodeado de un importante dispositivo de seguridad que paga Interior. Pero lo reveló con dos incisos que permitieron ayer al PP desatar una descomunal tormenta de declaraciones. Lo dijo en un tono que invitaba a su auditorio a intuir que es un despilfarro --"¡51 sueldos nos cuesta Aznar!"-- y, sobre todo, eso, dio una cifra, 51. Los populares acusaron ayer a Blanco poco menos que de dar pistas al enemigo.

Los conservadores habían invertido varios días de campaña en denunciar como un abuso el hecho de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, use para desplazarse a mítines del PSOE un avión Falcon de las Fuerzas Armadas. Y Blanco decidió pasar al contrataque. La campaña degeneró en un goteo de acusaciones de y tú más . Se dio por seguro que también Aznar, Mariano Rajoy y otros ministros del PP utilizaron idéntico medio de transporte, pero los populares lo negaron.

ZAPATERO, IMPASIBLE El único hecho indiscutible es que Zapatero continuó usando el Falcon militar para moverse por España. Así es (este es el mensaje) como tiene que desplazarse un presidente del Gobierno en un país que presume de ser la octava potencia mundial.

¿Por qué el PP dedicaba tanto esfuerzo a la polémica de los aviones y menos a los cuatro millones de parados? Al parecer, porque temía lo que anunció el martes el Ministerio de Trabajo: que baja el número de parados. Y también porque en Galicia creen que el debate sobre la pompa del socialista Emilio Pérez Touriño --su coche oficial costó unos 480.000 euros-- le dio a este la puntilla para sacarle de la presidencia de la Xunta.

El caso es que Blanco abrió el martes por la noche otro frente, a pesar de que la tesis más extendida entre los socialistas es que entrar en una competición sobre trapos sucios con los populares jamás les beneficiaría. Ayer, preguntado en Sevilla sobre la cuestión, deshizo parte del camino andado. Se limitó a denunciar la "doble vara de medir" del PP, que acepta que Aznar vaya con una nutrida escolta y critica que, por seguridad, Zapatero use un avión militar.

La marcha atrás se quedó corta a la vista de que el presidente, interpelado por el tema, declinó responder --"la seguridad es algo muy serio"-- y dada la seca nota de Interior, que atribuye al Gobierno la decisión de cómo garantizar la seguridad de los expresidentes y que acaba con una advertencia: "Es una tarea de las fuerzas de seguridad que debe ser respetada por todos".

Por resumirlo, Blanco se giró ayer y vio que cargaba en solitario contra todo el frente conservador. Solo el ministro Celestino Corbacho se atrevió a decir: "A bote pronto, 51 escoltas me parecen muchos" (número, por cierto, similar al de Felipe González). Y en el otro lado del campo de batalla, les esperaba la artillería de la derecha. "Es inusitado que cualquiera del PSOE pueda acceder a información sobre la seguridad" (Soraya Sáenz de Santamaría). "El PSOE ha sobrepasado todos los límites" (Mariano Rajoy). "Es una temeridad dar datos sobre un objetivo prioritario de ETA" (Esteban González Pons). El PP ha pedido que comparezca María Teresa Fernández de la Vega.