El presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, se mostró ayer convencido de que "la sociedad, y no solo las autoridades, será generosa dando medidas de gracia si ETA depone definitivamente las armas". El responsable de la jerarquía católica española explicó que con este "sentido cristiano" deben entenderse las "indulgencias" a los terroristas de las que habla la última instrucción pastoral.

Blázquez, que participó en un desayuno de Europa Press al que asistieron numerosos políticos, se decantó por un "realismo esperanzado" sobre el proceso de paz y su convencimiento de que "la paz es posible". "Llegará algún día; pero, si no es así, la culpa será de ETA, no del Gobierno o la oposición", advirtió.

DIAGNOSTICO Para el también titular de la diócesis de Bilbao, el alto al fuego anunciado por la organización terrorista el 22 de marzo abrió un "itinerario de esperanza" que va pasando por distintas fases. "Tras una etapa de esperanza iluminada, rayana en la euforia, nos encontramos actualmente en una de penumbra, de oscuridad, en la que apenas se ve. Es un momento de confusión, quizá de estancamiento", diagnosticó sobre la situación del proceso de paz. El presidente del episcopado insistió a modo de plegaria: "Deseamos ardientemente el final de la violencia. ¡Dios quiera que llegue a buen puerto el proceso abierto!".

Blázquez subrayó que la paz es un objetivo sobre el que trabaja la Iglesia, ya que el final de la violencia es "una causa extraordinariamente importante para todos, no solo para el País Vasco, sino para todos".

INTERMEDIACION El obispo aclaró que los trabajos de la Iglesia en pro de la paz no significan intermediaciones o labores similares, sino "invitaciones a la oración, a la reflexión". Pero advirtió de que los religiosos tienen "disponibilidad" para hacer lo que, "desde nuestro ministerio", sea posible para "contribuir a la plena pacificación". Preguntado sobre alguna acción concreta, respondió: "No conozco".

Blázquez defendió "la reconciliación" entre víctimas y verdugos, y anunció que su diócesis impulsará una campaña con este objetivo. Defendió "el derecho" de las primeras a "ser resarcidas en justicia" y subrayó el hecho de que "ninguna se ha tomado la justicia por su mano", lo que dice "muchísimo de su altura humana y moral".

El prelado evitó pronunciarse sobre las diferencias entre PSOE y PP porque no tiene "suficiente información". Tampoco quiso enjuiciar la estrategia del Gobierno por no disponer de "información especial" y tratarse de "una cuestión reservada".