El BNG lanzó ayer un ultimátum al PSOE gallego: o dimite el alcalde de Vigo, el socialista Ventura Pérez Mariño, en un plazo de 24 horas o romperá los pactos locales que permiten a la izquierda gobernar en medio centenar de localidades, entre ellas Pontevedra, Vigo y Santiago de Compostela, además de la diputación de A Coruña. La ruptura podría echar a pique la posibilidad de derrotar al PP en las elecciones gallegas del 2005.

La crisis en Vigo estalló cuando el exjuez Pérez Mariño, alcalde gracias al apoyo del BNG, quiso hacerse con el control del área de Urbanismo y propuso un candidato de su partido. Los nacionalistas presentaron al suyo, por entender que ese área les correspondía en virtud del pacto poselectoral, y ganaron la votación con el apoyo del PP. El alcalde optó entonces por expulsar del Gobierno local al Bloque.

RENEGOCIAR LA SITUACION

El BNG cree que esta situación es la gota que colma el vaso de la deslealtad de los socialistas con los pactos de gobierno. Los socialistas parecen dispuestos a renegociar la situación en Vigo, pero no a echar al alcalde.

De romperse el pacto, el PP podría recuperar el mando de prácticamente toda la política local en Galicia, y tendría muchas posibilidades de lograr una nueva victoria en las autonómicas, ya que la única manera de evitarlo es mediante un pacto entre socialistas y nacionalistas, que parece difícil de conseguir.