Su encendida arenga del día de la Pascua Militar le ha costado al teniente general José Mena Aguado el cargo y un arresto domiciliario de ocho días. La propuesta de destitución fue fulminante, ya que sólo unas horas después de pronunciar, el viernes, su polémico discurso en Sevilla, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Félix Sanz Roldán, pidió su cese al ministro. José Bono le citó para que se presentara ayer, a las diez de la mañana, en el ministerio. Allí, Sanz le comunicó que estará arrestado 8 días y que el ministro trasladará la propuesta de destitución como jefe de la Fuerza Terrestre del Ejército al Consejo de Ministros, que lo aprobará el próximo 13 de enero.

Aunque fuentes del ministerio informaron de que la reunión de Mena, Bono y Sanz duró unos 15 minutos, el general sancionado no abandonó el ministerio, situado en el paseo de la Castellana, hasta las 13.40 horas. Pocos minutos antes, Defensa difundió un comunicado en el que precisa que el arresto es una "primera medida". Según la cadena SER, el ministro también ordenará su paso adelantado a la reserva, que estaba previsto para marzo.

PERDIDA DE CONFIANZA La destitución viene determinada por la pérdida de confianza de sus superiores, y la sanción, contemplada en la ley orgánica del régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas para las faltas leves, por el incumplimiento de su deber de ser neutral políticamente y la alarma social que han generado sus declaraciones, según explicó un portavoz de Defensa.

Fuentes militares informaron de que a Mena, de 64 años, le ha sorprendido el escándalo que ha provocado su discurso. El teniente general alegó que su intención era trasladar su "preocupación" y la de algunos de sus subordinados y que no esperaba tanta repercusión.

Los partidos políticos descalificaron la intervención de Mena, menos el PP, que mantuvo una posición equidistante y anunció que pedirá "de inmediato" la comparecencia ante el Congreso de Bono, que, dijo, "deberá asumir responsabilidades políticas" por haberle nombrado. Aunque el secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, descartó que puedan justificarse sus palabras, evitó condenarlas.

DESGOBIERNO Así, Elorriaga admitió que la función de los mandos militares no es pronunciarse sobre proyectos políticos sometidos a debate en las Cortes, pero culpó al ministro de Defensa de consentir el "desgobierno" en su departamento y de estar "más preocupado de su promoción personal". El dirigente del PP insistió en que "el verdadero problema de España" es la política del Gobierno y la "tensión y división" que, a su juicio, genera.