"Nuestra presencia en Haití será replanteada conjuntamente con Marruecos si los países que se comprometieron a hacer donaciones humanitarias no las hacen". Con estas palabras, el ministro de Defensa, José Bono, anunció ayer en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York la eventual retirada de los 200 militares españoles en Haití a finales de este año y el posible regreso también del centenar de marroquís que se integraron en octubre del 2004 en el contingente español.

Bono y el embajador español ante la ONU, Juan Antonio Yañez, mantuvieron un encuentro de trabajo con el secretario general adjunto y jefe del departamento de operaciones de mantenimiento de paz, el francés Jean-Marie Guéhenno, en el que manifestaron su preocupación por la situación en el país caribeño y anunciaron la retirada de los soldados españoles si las aportaciones para la mejora de la población siguen sin llegar. "Haití es uno de los países más pobres del planeta y necesita fuerzas militares pero, sobre todo, necesita comida y ayuda humanitaria, y esa llega con más dificultad", explicó Bono.

APORTACION DE LOS DONANTES En concreto, de 700 millones de dólares comprometidos en ayuda a Haití, la comunidad internacional sólo ha aportado 300 hasta marzo. "No es que queramos irnos; lo que queremos es que la voluntad de la ONU se cumpla", aseguró Bono después de decir que Guéhenno se comprometió a urgir la ayuda.

La misión de la ONU en Haití fue establecida por la resolución 2004 para evitar la guerra civil tras el derrocamiento que propició Estados Unidos del presidente Jean-Bertrand Aristide.

Durante su estancia en Nueva York, Bono se movió en una limusina negra de ocho metros de largo que le prestó el secretario de Estado de Defensa, Donald Rumsfeld, y que estuvo precedida de una contundente escolta policial que le abrió paso entre el denso tráfico, llegando a cortar la Quinta Avenida.