José Bono se convirtió ayer en el primer presidente del Congreso de la democracia que no sale elegido en la primera ronda de votación. El exministro, cuya hostilidad hacia los nacionalismos le ha concitado la antipatía de la mayoría de grupos minoritarios, tuvo que someterse a una segunda vuelta para conseguir la jefatura de la Cámara baja. En su discurso inaugural de la novena legislatura, ya en posesión de su cargo, el político manchego evitó traslucir el menor ánimo de venganza contra las formaciones que le negaron apoyo y tendió especialmente la mano a las "minorías". "Ser justo es en lo que comprometo el honor que hoy me otorgan", dijo.

La proclamación de Bono acaparó la atención de la sesión constitutiva de las Cortes, debido a la fuerte personalidad del exministro y a que su designación es una apuesta personal de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, la elección del resto de cargos de la Mesa del Congreso también tuvo un importante significado político. Tres de los cuatro vicepresidentes del órgano de gobierno de la Cámara son catalanes: Teresa Cunillera, del PSC; Jorge Fernández Díaz, del PP, y Jordi Jané, de CiU.

CONTROVERSIA Las cifras de la votación de Bono desataron la controversia. El PSOE ostenta 169 escaños en el Congreso. El exministro recibió 168 apoyos en la primera ronda --con lo que quedó ocho por debajo de la mayoría absoluta requerida-- y 170 en la segunda vuelta, en la que solo se exigía mayoría simple. Según fuentes del PSOE, todos los diputados socialistas apoyaron a Bono, aunque en la primera tanda uno escribió por error el nombre de Cunillera y la papeleta se declaró nula. En la segunda ronda, según las mismas fuentes, votaron por el candidato todos los diputados socialistas más el de IU, Gaspar Llamazares.

Sin embargo, tanto Llamazares como los dos parlamentarios de Coalición Canaria aseguraron haber votado por Bono. De ser cierta esta versión, dos socialistas habrían hurtado su apoyo al candidato. La modalidad de votación --secreta, por papeleta nominal-- impide establecer la verdad de lo ocurrido. La candidata del PP, Ana Pastor, obtuvo 152 votos, por lo que dos diputados de su partido le negaron apoyo.

"SOBERANIA" Bono, que exhibió cierto nerviosismo durante el proceso de votación, omitió cualquier referencia a las circunstancias de debilidad en que resultó elegido. En su intervención ante la Cámara, en presencia del presidente del Gobierno en funciones, dijo asumir su cargo con el respeto que le merece "la soberanía nacional, cuyo titular es el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado". Manifestó que la "regla principal" de su mandato consistirá en la igualdad de trato a todos los diputados. "La diversidad y la diferencia entre nosotros, como entre los españoles, es un hecho; pero la igualdad es el derecho principal", sostuvo. Bono hizo una segunda referencia a la pluralidad de España al reclamar a los parlamentarios que "tomen ejemplo" de la sociedad. Una sociedad, dijo, "con múltiples identidades, permisiva, solidaria y generosa".

CRISPACION En clara alusión a la anterior legislatura, marcada por la crispación, expresó su deseo de que la Cámara baja "se parezca cada vez más a los españoles y que ellos nunca tengan motivos para sentir rechazo de la conducta de sus parlamentarios". Bono reconoció la tarea de su antecesor, Manuel Marín, y de un presidente anterior de la Cámara, Landelino Lavilla, con quien él fue secretario en la Mesa. También elogió al difunto diputado popular gabriel Cisneros, padre de la Constitución, y a Alfonso Guerra.