Transcurridos 13 meses desde la tragedia aérea de Turquía, finalmente ayer resplandeció la verdad en el caso Yak-42. Sin los tapujos de su predecesor, Federico Trillo, el ministro de Defensa, José Bono, levantó en el Congreso el manto de "falsedades" y "ocultaciones" bajo el que el anterior Gobierno intentó enterrar sus "negligencias" en el caso. Bono anunció que al menos otros dos generales serán apartados de la cadena de mando por los "errores graves" que cometieron.

LOS JEFES CESADOS "Ningún oficial o general afectado seguirá en activo en las Fuerzas Armadas". Bono evitó imputar responsabilidades a ningún cargo político o militar, pero sí se mostró muy crítico con la cúpula del Ejército, destituida el 25 de junio por el Consejo de Ministros.

Reveló, por ejemplo, que el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) desoyó un informe secreto que un mes antes del accidente alertaba de los riesgos de volar en aviones como el Yak-42. También criticó el trato dado a las familias de las víctimas por el general Luis Alejandre Sintes, destituido como Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra.

LOS ALTOS MANDOS MEDICOS Aunque Bono no quiso dar nombre alguno, fuentes de Defensa adelantaron que mañana el Consejo de Ministros acordará el pase a la reserva de al menos dos de los responsables del caso Yak: los generales médicos José Antonio Beltrán y Vicente Navarro, que identificaron erróneamente al menos 22 de los 30 cadáveres que analizaron en Trebisonda (Turquía). El Gobierno estima que, siguiendo órdenes, ambos pusieron nombres a los restos de las víctimas "con precipitación" y sin la exigible precisión.

El ministro explicó que ya se han practicado las pruebas del ADN a 39 cuerpos, y puntualizó que sólo estaban mal identificados los que fueron analizados por Beltrán y Navarro, posteriormente ascendidos por el PP. Bono no quiso aclarar si ordenará el pase a la reserva del general Francisco Sánchez Borrallo, representante de Trillo en Turquía.

SIN REPROCHES MORALES El titular de Defensa puntualizó que las destituciones no implicarán "ningún reproche moral", puesto que su propósito es "guardar la dignidad de las Fuerzas Armadas, que no puede estar contaminada por el error de generales".

Bono desgranó las "equivocaciones" y "negligencias" que, en su opinión "de buena fe", cometió el equipo de Trillo: desde el sistema de contratación de aviones exsoviéticos, inseguros y sin los suficientes controles, hasta la repatriación de los cuerpos, la ocultación de los errores de identificación y la "falta de afecto" a las familias de las víctimas.

Por "cortesía", no quiso citar a Trillo cuando enumeró las informaciones falsas que su predecesor ofreció en el Congreso: desde el estado del Yak-42 --"era un buen avión", dijo-- hasta las inspecciones que supuestamente había superado, pasando por la fatiga de la tripulación por exceso de horas de vuelo, que negó. Y, aunque precisó que no iba a pedir cuentas a Trillo, sí opinó que sería "injusto" descargar todas las responsabilidades sólo en "los uniformados".

Todos los grupos, salvo el PP, agradecieron la transparencia de Bono y exigieron a los populares que asuman sus responsabilidades políticas por el escándalo, empezando con la renuncia de Trillo al escaño. Fernando López-Amor replicó que el PP ya "ha pagado" sus responsabilidades "con la pérdida del Gobierno" en las urnas.