España se negó a entregar "vivo o muerto", tal y como querían los norteamericanos, al clérigo shií de Nayaf, Mustafá al Yacubi, portavoz del radical Moktada al Sadr. Así lo reveló ayer el ministro de Defensa, José Bono, horas después de regresar de Irak. "Dijimos rotundamente que no estábamos dispuestos a entregar a determinado líder religioso porque las tropas van a estar, mientras estén, sujetas a la legalidad internacional", declaró.

La orden de entregar al clérigo Yacubi no era compatible con la misión de ayuda a la reconstrucción que asumió España en Irak, según explicó el general José Enrique de Ayala, segundo mando de la división hispano-polaca, al mando estadounidense, y así lo relató el pasado domingo al ministro Bono durante su visita a Diwaniya (Irak).

DETONANTE Después de la negativa a detener al clérigo, los norteamericanos entraron el 2 de abril en Nayaf, lo arrestaron, destrozaron un periódico y desataron una revuelta popular y un enfrentamiento armado con los guerrilleros del Mehdi --guardia pretoriana de Moktada-- que se saldó, el 4 de abril, con 20 iraquís muertos y un soldado salvadoreño y otro norteamericano. Desde entonces, las bases de la Brigada Plus Ultra en Diwaniya y Nayaf han recibido constantes ataques: en los últimos 23 días, 255 granadas.

Incluso el pasado domingo, tres horas antes de la llegada de Bono y un reducido séquito, los soldados desactivaron un artefacto compuesto por cinco granadas, que había sido colocado a la entrada de Base España. El ministro comentó ayer este dato e informó de que el contingente español cederá la base a los norteamericanos entre el 15 y el 17 de este mismo mes. La previsión es que el día 24 haya culminado el repliegue.

ABUSOS Bono, que recibió ayer a los familiares de los 7 agentes del CNI asesinados y les prometió la máxima condecoración militar en acto de guerra, dijo sentir "verdadera repugnancia" por las torturas a los iraquís y aseguró que "los soldados españoles no han infligido trato vejatorio" a ningún detenido.

También el secretario general adjunto del PP, Angel Acebes tachó de "absolutamente intolerables las torturas en un Estado de Derecho".