El ciudadano búlgaro detenido el pasado 8 de abril en su país de origen en relación con el 11-M, Toni Rades, conoce a compatriotas suyos sospechosos para la policía de vender las armas con las que una célula terrorista se suicidó en Leganés el 3 de abril, según fuentes policiales.

Estos traficantes de armas búlgaros suministraron a los terroristas islámicos dos subfusiles Starling, de fabricación británica, y otro Czech, checo, además de dos armas cortas 9 milímetros Parabellum. Con estas armas, los siete terroristas que se inmolaron en la primera planta del número 40 de la calle Carmen Martín Gaite dispararon contra los agentes del Grupo Especial de Operaciones antes de que éstos asaltasen la vivienda.

Rades salió de España el 3 de marzo, y fue detenido en su país el 8 de abril. Su puesta en libertad se produjo entre ocho y diez días más tarde.