A lomos todavía del subidón de una noche electoral pletórica, los líderes de Ciutadans empezaron a desgranar ayer algunas de sus intenciones como primera fuerza de la futura oposición en el Parlamento catalán, pero con la mirada mucho más larga, apuntando a una estrategia a nivel estatal. La candidata a la Generalitat del partido naranja, Inés Arrimadas, esbozó un plan de reforma constitucional que su formación formulará, dijo, "en pocos días" con una "presentación extensa". En la misma comparecencia ante la prensa, el presidente de Ciutadans, Albert Rivera volvió a postularse como líder con "capacidad" para dirigir la nueva etapa de España ante el "descalabro" experimentado el domingo por un bipartidismo "decadente".

Armados con la munición de un éxito nunca visto y a mayor gloria propia, Arrimadas y Rivera arremetieron a diestro y siniestro. Contra los independentistas, por su "fallida obsesión", contra Rajoy, por su "falta de valentía", y contra Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, por borrarse de la noche electoral. Los 25 escaños que confirman la progresión de Ciutadans (tras las 9 actas cosechadas en el 2012 y las 3 del 2010) han dado alas a su discurso. Su partido, además, amaneció ayer con la vistosa corona de haberse erigido en el rey del viejo cinturón rojo gracias a sus triunfos en feudos otrora intocables del PSC como Hospitalet, Esplugues o Sant Boi, entre otros. Sin abandonar la contundencia de la víspera, Arrimadas volvió a exigir a Artur Mas que se haga a un lado, y también anunció su intención de reclamar al cabeza de lista de Junts pel Sí, Raül Romeva, que abandone el "camino de la ruptura". Romeva, añadió Arrimadas, no cuenta con el apoyo de "la mayoría" de los catalanes, que a su juicio "han dado la espalda" al proceso secesionista, que "no cesa de perder apoyos" desde que empezó el procés. También consideró "difícil" que Mas pueda renovar como presidente si la CUP cumple con su "compromiso" de no investirlo, adquirido durante la campaña y reiterado ayer por sus dirigentes, aunque reconoció que una nueva convocatoria de elecciones no sería un "escenario deseado".

MEJORAR EL ENCAJE En declaraciones a la SER, Arrimadas dijo que uno de los objetivos de la reforma constitucional será "mejorar el encaje de Cataluña en España", aunque sin establecer "comunidades de primera y de segunda". Precisó que los cambios que propondrá su partido afectarán también al Tribunal Constitucional y al papel del Senado, aunque no quiso centrar la cuestión de la Cámara Alta en un posible traslado a Barcelona.

"El Senado hay que reformarlo y cambiándolo de sitio no arreglaremos nada". Rivera se apresuró a extrapolar los resultados del 27-S a las generales de diciembre. Los dardos de Rivera apuntaron al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de quien dijo que "carece de liderazgo y de capacidad de diálogo" para ponerse al frente de la nueva etapa. En su opinión, la situación requiere "más ambición, valentía y las manos limpias".