La Policía Nacional detuvo ayer en la estación de tren de Portbou (Girona) al presunto etarra Faustino Marcos Alvarez, de 39 años y huido a Francia desde el 2002, cuando regresaba a España para entregar información a un comando. El terrorista, que subió al tren en Montpellier, fue descubierto por los policías de la comisaría fronteriza de Portbou, ubicada en la misma estación, que periódicamente inspeccionan a los escasos pasajeros de ese convoy, con destino final en Cartagena, para controlar la inmigración ilegal.
Armado con un revólver Smith Wesson del calibre 38, que en ningún momento hizo amago de utilizar, Marcos llevaba encima una gran cantidad de información encriptada en varios soportes informáticos que los especialistas de la policía se encargarán de descifrar. Ahí radica la importancia de esta captura; en los datos sobre posibles objetivos de la banda que Marcos iba a entregar a algún comando, según indicaron ayer a este diario fuentes de la lucha antiterrorista. Hace ocho años, cuando pasó a Francia para esconderse, era el responsable de los grupos de apoyo del comando Donosti , pero durante su estancia en ese país no asumió ningún cargo de responsabilidad dentro de la banda. Su nueva entrada en España confirma que ETA conserva intacta su voluntad de atentar, pese a los continuos zarpazos policiales y al debate de la izquierda aberzale.
Hace dos años cayó en el mismo tren, la misma estación y a la misma hora el etarra Iker Aguirre, que también viajaba a Valencia. La rutinaria inspección de los agentes de Portbou puso nervioso a Marcos. El DNI español que mostró el terrorista levantó las sospechas de los policías, que volvieron a la comisaría para examinarlo. Confirmada su falsedad, los agentes registraron al sospechoso y encontraron la pistola. Al verse acorralado, Marcos se identificó como miembro de ETA. Eran casi las diez de la mañana. A media tarde fue trasladado a los calabozos de la jefatura de la Via Laietana de Barcelona, y anoche viajó por carretera hasta Madrid, donde hoy prestará declaración.
