Los seis miembros de una supuesta célula anarquista violenta de Barcelona, detenidos en la madrugada de ayer, se encuentran ya en Madrid, para declarar ante la Audiencia Nacional. La Guardia Civil les imputa la creación de un grupo armado, pese a no actuar con un nombre concreto, así como actos de violencia callejera y la fabricación de artefactos explosivos.

El grupo tenía conocimientos sobre la elaboración de esos artilugios. Sin embargo, no tuvieron acceso a explosivos plásticos como los empleados por organizaciones terroristas como ETA y el GRAPO. La citada célula barcelonesa empleaba derivados de la pólvora. La acción más relevante que se le atribuye es el envío de un libro bomba a la Embajada de Grecia en España, el pasado día 8.

ARTEFACTOS IDENTICOS

La Guardia Civil investiga una posible relación de los apresados con otros hechos, como la remisión de un paquete bomba a la redacción del diario El País de Barcelona, el pasado 12 de diciembre, y otro a las oficinas de Iberia en el aeropuerto de Milán, tres días después. En ninguno hubo que lamentar víctimas. La Guardia Civil sostiene que "los artefactos son idénticos". También les relacionan con la violencia callejera en Barcelona.

Tras el último envío, hace una semana, los investigadores decidieron desarticular el grupo. Ayer, agentes del servicio de Información realizaron los arrestos en dos pisos de Barcelona.

Los agentes se incautaron de una escopeta de cañones recortados, una pistola y un revólver (bastante antiguos). También les requisaron material electrónico y productos químicos, junto a material legal como móviles o libros anarquistas o sobre los maquis. Entre las publicaciones estaban los títulos Sabaté: guerrilla urbana en España, de Antonio Téllez (Editorial Solá) y Clandestinos: el maquis contra el franquismo , de Dolors Marin (Plaza y Janés).

Los detenidos son Joaquín Garcés Villacampa, nacido en Jaca (Huesca) hace 24 años; Igor Quevedo Aragay, de 25 (Guipúzcoa); Rafael Tomás Gaspar, de 25 (Tarragona); Carolina Forné Roig (Tarragona), de 25; Teodoro Hernández Martínez, de 26 (La Rioja), y Roger Gras Pacheco, de 19 (Barcelona). Sólo Garcés tenía antecedentes por supuestos atentados urbanos. Tomás y Forné tenían sendas reclamaciones por hechos menos graves.