La Guardia Civil detuvo ayer a cuatro ciudadanos argelinos, tres de ellos en Huelva y un tercero en Azkoitia (Guipúzcoa), acusados de enviar fondos a miembros de la red terrorista de Al Qaeda en distintos países como Irán, Pakistán, Afganistán y Argelia. Los acusados, que podrían prestar declaración ante el juez el viernes, obtenían ese dinero de la venta de falsificaciones de documentos y ropa.

Buena parte de esos envíos, que nunca superaban los 2.400 euros para no levantar sospechas de las autoridades, se realizaban mediante empresas de envío de dinero y tenían como destinatario un extremista afincado en el Reino Unido. Este individuo, que fue detenido bajo la acusación de financiar el terrorismo, reenviaba a su vez esos fondos a células yihadistas en varios países musulmanes.

PARTICIPACION BRITANICA De hecho, en la investigación, coordinada por el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, han participado también las fuerzas de seguridad de Gran Bretaña. Para los agentes británicos, los individuos detenidos eran conocidos por sus vinculaciones con terroristas ya arrestados y sentenciados en dicho país.

La célula islamista desarticulada ayer, en el marco de la operación Emir, llevaba siendo investigada desde el 2005 y se han podido rastrear envíos efectuados desde el 2001. No obstante, los registros efectuados en los domicilios de los detenidos llevan a los agentes a pensar que su labor se reducía a la captación y el envío de fondos, y que no estaban preparando ningún tipo de acción violenta.

Los cuatro detenidos habían vivido juntos durante años en Huelva, hasta que uno de ellos se desplazó a residir en Guipúzcoa, donde fue detenido en una vivienda que compartía con otros ciudadanos magrebís.

PISO DE LA SUEGRA Los agentes registraron también el local propiedad de uno de los detenidos en Huelva, así como su propio domicilio y la casa de su suegra. De esas viviendas se llevaron varios maletines con documentos, así como varios ordenadores. En estos tres registros, en el que también participaron perros detectores de explosivos y agentes de los Tedax, estuvo presente uno de los detenidos.

Uno de los registros se vivió con incidentes, ya que un centenar de vecinos apedrearon los vehículos de la Guardia Civil que trasladaban al detenido e insultaron al sospechoso.