Se cumplieron sus peores temores. En verano, cuando Zapatero le encomendó la elaboración del programa del PSOE, Jesús Caldera abrigó la esperanza de estar muy cerca de conquistar su sueño dorado: una vicepresidencia que coordinase la política social del Gobierno, en pie de igualdad con el vicepresidente económico. Pero, tras el 9-M, pasaban los días sin que el teléfono sonara, y Caldera presintió que no seguiría en el Gobierno. Ayer Zapatero lo citó en la Moncloa para anunciarle la mala nueva y encargarle una nueva tarea, fuera del Ejecutivo: impulsar una nueva fundación que constituya el "motor ideológico" del PSOE.

Se trata, según fuentes socialistas, de crear un think tank al estilo de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), vinculada al PP y presidida por José María Aznar. Será un espacio de reflexión, disociado de las fundaciones del partido, destinado a incorporar propuestas del mundo académico y cultural para enriquecer los programas.

Zapatero también recibió ayer en la Moncloa a Cristina Narbona, que no repite al frente del Ministerio de Medio Ambiente y sale del Gobierno, y a Alfredo Pérez Rubalcaba, a fin de convencerle para que siga en Interior. A la hora de cerrar esta edición la Moncloa lo daba por seguro.