Recién aprobado el Estatuto catalán, parecía que la campaña electoral iba a discurrir a resguardo de las polémicas. Parecía, así lo anunciaban los candidatos, que el debate se iba a centrar en asuntos cotidianos: educación, sanidad, inmigración, vivienda, empleo, infraestructuras... Eso parecía.

Sin embargo, la campaña para los comicios del 1 de noviembre, tuvo un inicio bronco a raíz de la distribución, ayer, por parte de CiU, junto a las ediciones dominicales de todos los diarios, de un vídeo que presenta a los líderes del extinto tripartito como una panda de mafiosos de película. El DVD generó un fuego cruzado de acusaciones de juego sucio con los nacionalistas de Artur Mas como blanco de los ataques. PSC, ERC e ICV acusaron a los convergentes de haber introducido la manipulación, la falsedad, la trampa y la mentira en la campaña con el filme Confidencial Cat . Los nacionalistas alegaron que se trata de simple propaganda política que destaca los errores del tripartito.

En medio de ese fuego cruzado, el actual president , Pasqual Maragall, apeló a la memoria de sus predecesores en el cargo para exigir nobleza en la campaña electoral. En el lugar donde fue fusilado su predecesor Lluís Companys --ayer se cumplían 66 años de su ejecución y todos los partidos catalanes, a excepción del PP, coincidieron en el tradicional acto de homenaje--, Maragall llamó a los partidos a respetar "el juego limpio". "Creo que ninguno de esos presidentes, incluyendo al presente, aceptaría que en Cataluña se hicieran trampas, que se jugara sucio, que no se jugara limpio", dijo. El mensaje de Maragall coincidía con el texto de miles de SMS que el partido socialista había empezado a enviar la víspera: "Juego limpio. No a la mentira. No a la campaña de Mas. Pásalo".

EL PP, LA "APUESTA REBELDE" Y el PP, aunque no aparece en la película (el principal fundamento de la campaña de CiU es borrar el recuerdo de la alianza de Jordi Pujol y José María Aznar), aprovecha para recordarle al PSC el vídeo socialista de 1996 que asociaba a los líderes del PP con un dóberman furioso.

El líder de los populares, Mariano Rajoy, apoyó ayer en L´Hospitalet (Barcelona) al candidato de los conservadores, el exministro Josep Piqué. Y lo hizo cargando contra el tripartito y, con especial saña, contra CiU, pese a que es con esta formación con la única que el PP puede aspirar a rozar el poder en el Gobierno catalán. Rajoy acusó a la federación de haber hecho una oposición "complaciente" y presentó a su partido como "la apuesta para la rebeldía" contra "el silencio, la exclusión, contra el corsé de las identidades falsas y contra el victimismo". Y de este panorama responsabiliza a todas las organizaciones políticas. "El tripartito no ha gobernado y CiU no ha hecho oposición", aseguró.

Consideró Rajoy, arropado por unos 1.300 simpatizantes, que Cataluña es "el reino del silencio y la complicidad", donde "todo el mundo se tapa las vergüenzas". A su juicio, su partido es la única garantía para que ERC no vuelva a ser decisiva el 1-N.