Las primeras llamadas a favor del boicot a los productos catalanes llegó hace un año, después de que el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, negara su apoyo a la candidatura de Madrid a la organización de los Juegos Olímpicos del 2012. La actual presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, replicó sugiriendo un boicot al cava catalán. La cosa no llegó a mayores hasta que el proyecto de nuevo Estatuto empezó a fraguarse y fue aprobado en el Parlamento catalán. A partir de entonces comenzaron a circular listas en las que se advertía del origen catalán de algunos productos y se ofrecían alternativas fabricadas en otras zonas.

El sector del cava, que ya registró pérdidas el año pasado, vio con estupor los ataques y temió que el efecto se multiplicara. Ante la situación, el presidente del PP, Mariano Rajoy, se vio obligado a acudir a Sant Sadurní d´Anoia (Barcelona) para tranquilizar a los empresarios y desmarcarse de la campaña.