Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana y, según el Tribunal Supremo, sospechoso de un delito de cohecho impropio en el marco del caso Gürtel, celebró ayer el tercer aniversario de su última victoria electoral con un mitin preñado de mensajes que, leídos entre líneas, parecían más dirigidos a sus propios compañeros de partido que a sus adversarios. Presumió, por una parte, de haber mantenido encendida la llama de la derecha española en España cuando Mariano Rajoy perdió las elecciones generales contra José Luis Rodríguez Zapatero en el 2004 y, por otra, dio por indiscutible que repetirá como candidato a la presidencia de la Generalitat Valenciana pese a las amenazas judiciales que sobre él se ciernen. Fueron dos, pues, los avisos que Camps pareció dirigir a la cúpula de su partido que, eso sí, le dio la espalda en el singular acto de autohomenaje que el líder valenciano organizó. Ni siquiera Federico Trillo, como alicantino, se acercó al mitin.

"Cuando el PP perdió las elecciones en el 2004, supimos que era la hora del PP valenciano, que España nos iba a mirar, que seríamos referencia inexcusable para dar esperanza y garantía de que el PP volvería a ganar", explicó Camps a sus simpatizantes. Es más, dijo que, como consecuencia de esa "tarea hercúlea" que él mismo se impuso en el 2004, ahora es víctima de un cerco judicial: "He aquí el origen de todo lo que está pasando".

DISCURSO FLORIDO "Sacrificio". Así definió su tarea en la historia reciente del PP. "Podría haberme humillado ante el Gobierno, podría haber aceptado la derogación del trasvase del Ebro para conseguir que construyeran unas cuantas desalinizadoras aquí o allá. Podría haber sido cómodo para Zapatero. Pero no quise, primero, por la Comunidad Valenciana, segundo porque quería que el PP volviera a gobernar en España y, tercero, por dignidad, dignidad y dignidad". Como es común en él, adornó su intervención con floridas expresiones: "No nos iremos porque somos de aquí, como los árboles, los viñedos y las montañas".

Nadie discute desde el entorno más directo de Rajoy que Camps vaya a ser de nuevo cabeza de lista del PP a la presidencia de la Comunidad Valenciana salvo que --admiten a puerta cerrada-- termine en el banquillo de los acusados. "La victoria del 2011 será más dulce, más grande y más vibrante", prometió.

NI RIPOLL NI FABRA Al mitin de autohomenaje asistieron al final solo alcaldes y cargos medios del PP en la Comunidad Valenciana. El presidente del partido en Alicante, José Joaquín Ripoll, no fue para subrayar una vez más su enemistad política con Camps. Carlos Fabra, presidente en Castellón, tampoco fue, en su caso por razones de salud.