Francisco Alvarez Cascos, exministro de Fomento durante la presidencia de José María Aznar, vuelve a la carga contra la organización en la que comenzó su militancia: el Partido Popular (PP) de Gijón. La prensa asturiana ha publicado que, esta vez, Cascos ha denunciado a sus excompañeros gijoneses por haber tirado a la basura un archivo personal que le pertenecía. Además, según confirmaron a este diario fuentes de la dirección popular, Cascos ha remitido un escrito al comité de derechos y garantías del partido exigiendo que se tomen medidas por lo sucedido.

Los aludidos, por su parte, niegan la mayor. Es más, se vieron obligados a emitir ayer un comunicado en el que aseguran que en su sede no queda ningún documento perteneciente al exministro, alegando que todos los papeles que Cascos había dejado allí "fueron retirados" por el anterior presidente de esta organización local, Isidro Martínez Oblanca, "persona de su confianza en Asturias". Martínez ha negado que él hubiese retirado nada. Sin embargo Cascos no cree esta versión e insiste en tener motivos para denunciar al PP de Gijón, formación con la que viene manteniendo enfrentamientos de distinta índole desde que resultase elegida presidenta de la misma, en noviembre del 2003, Pilar Fernández Pardo, a quien el exministro considera "una persona indigna".

El enfrentamiento de Alvarez Cascos con Fernández Pardo --que nunca fue afín al sector de la organización conservadora apadrinado por el exministro-- se remonta al año 2004, después de que el PP perdiera las elecciones generales a manos de los socialistas. Fue entonces cuando el extitular de Fomento pidió que se le diera de baja en el PP de Gijón (estaba inscrito allí desde el año 1976) para poder afiliarse en Madrid. La razón fue su rechazo a un supuesto veto de la responsable del PP gijonés a que la exdelegada del Gobierno en Asturias, Mercedes Fernández, pudiera optar a un cargo público hasta que no se aclarara la trama de Avilés, ligada a los atentados terroristas del 11-M.

En aquella ocasión, Fernández Pardo negó haber vetado a su compañera, pero Cascos no la creyó e instó al equipo de Mariano Rajoy a que tomara medidas. El asunto quedó en nada: Al fin y al cabo, Cascos se negó a hacerse cargo del PP asturiano cuando el líder popular se lo solicitó y, en los últimos tiempos, se ha mostrado crítico con Rajoy y proclive a las tesis de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

UN TESTIGO Ahora, Cascos pretende poner en otro brete al jefe de su partido y que reaccione contra el PP de Gijón por haber tirado, supuestamente, documentos suyos y hasta correspondencia con el presidente de la República en el exilio, Claudio Sánchez Albornoz. El exministro asegura tener como testigo de ese acto a un ciudadano particular que se encontró los documentos en la basura.