La paciencia y el tiempo hacen más que la fuerza y la violencia, decía Jean de La Fontaine. Un año después de que ETA hiciera saltar en la T-4 de Barajas (Madrid), el 30 de diciembre, las esperanzas de paz que había despertado con la tregua, decretada en marzo del 2006, la banda terrorista se encuentra más débil pero mantiene su capacidad de matar, según expertos en la lucha antiterrorista.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, había proclamado un día antes su optimismo sobre el fin de la violencia etarra y se había atrevido a vaticinar: "Dentro de un año estaremos mejor", una desafortunada frase que el pasado viernes, en el mismo marco que el año anterior, reconoció como uno de los errores de bulto de su mandato.

La ruptura oficial

La tregua se rompió aquel día, aunque oficialmente para ETA no fue hasta junio, y las esperanzas de paz han quedado postergadas. Pero parte de la desgraciada frase de Zapatero, que sonó a despropósito tras la muerte de los ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio en el estallido del coche bomba en la T-4, ha conservado algún sentido. ETA se dio cuenta entonces de que el Gobierno y los jueces habían hecho sus deberes en el proceso de paz. Durante este año han caído 125 presuntos etarras, 79 de ellos en España (43 durante la tregua y 36 después), 40 en Francia (12 durante la tregua y 28 después) y seis en otros países. Además, la banda ha sufrido serias bajas en sus aparatos de logística, falsificación y fabricación de explosivos.

En otoño, la organización terrorista se ha visto obligada a replegarse para tapar sus agujeros y a reforzar sus medidas de seguridad. Por ello, expertos en la lucha antiterrorista consideran que no ha llevado a cabo la campaña que había previsto tras el fin de la tregua con el fin de demostrar que su capacidad destructiva no había mermado. Además, los expertos consultados sospechan que ETA ha optado por ordenar a los comandos operativos en España que recurran a los explosivos que tenían escondidos en el interior hasta que puedan reorganizarse en Francia. Una tarea, la de reorganizar el santuario francés, ya muy difícil desde hace años pero que lo será aún más con el impulso dado por España y Francia a la colaboración antiterrorista, con creación de nuevos operativos conjuntos, decidida en la cumbre de Lisboa UE-Africa tras el asesinato de dos guardia civiles en Capbreton.

La banda terrorista también está pagando ahora el precio de su decisión de ascender a jóvenes formados en la kale borroka a partir de 1999, cuando rompió la anterior tregua. "Son inexpertos y no están curtidos", afirman las fuentes consultadas. Estos técnicos sostienen que "antes era muy difícil sustituir a los jefes de ETA, pero ahora son fácilmente intercambiables".

La debilidad de la organización terrorista también se siente en su brazo político. 20 de los nuevos miembros de la mesa nacional de Batasuna están en prisión desde octubre por orden del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. Estos encarcelamientos también han dejado en evidencia el escaso apoyo social que mantiene ETA en la calle. "Su capacidad de movilización es cada vez menor", apuntan los expertos.

La receta

Las fuentes consultadas descartan que antes de las elecciones se produzca algún acercamiento entre la banda y el Gobierno. Al contrario, dan por seguro que la organización intentará actuar en cuanto pueda. "Buscan la desestabilización política y no les importa quién gane las elecciones", afirman. Por ello, concluyen: "ETA es una fiera herida y acorralada, por eso es extremadamente peligrosa". Y proponen una única receta para derrotarla: "El paso del tiempo y la acción policial".