El Palacio Real fue ayer escenario de la única celebración institucional con motivo del trigésimo aniversario de la coronación como rey de Juan Carlos I. Para el acontecimiento, el Monarca estuvo rodeado de su familia y de los representantes de todas las instituciones del Estado y representativas de la sociedad. Unos pocos invitados rechazaron acudir a la cita.

La princesa de Asturias hizo una pausa en sus cuidados maternales a la pequeña Leonor para acudir junto a sus esposo, el príncipe Felipe, y sus cuñados, los duques de Lugo y de Palma, a la celebración. Hace cinco años, en el veinticinco aniversario, una recepción similar fue aplazada en señal de luto por el asesinato del exministro socialista Ernest Lluch.

Con esta iniciativa, la Corona quiso que los ciudadanos, a través de sus representantes, se hicieran de algún modo presentes en el acto, según comentó el entorno de la Zarzuela. Como se sabe, los Reyes se habían mostrado reacios a cualquier festejo. Pero finalmente decidieron que esta celebración de perfil bajo no podía faltar.

Frenesí organizativo

El cambio de criterio desencadenó un cierto frenesí organizativo. Con escaso margen de maniobra, los responsables de la Casa del Rey articularon todo lo relativo a la recepción, que tuvo lugar a última hora de la tarde de ayer en el Palacio Real.

Los primeros en felicitar al Monarca en el salón del trono fueron el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su esposa, Sonsoles Espinosa, seguidos de varios ministros.

Los presidentes autonómicos acudieron a felicitar al Monarca, a excepción del lendakari Juan José Ibarretxe, que vagamente había excusado su asistencia por motivos de agenda.

El presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, tampoco estuvo presente, ya que se recupera del infarto de miocardio que sufrió hace unos días. Tampoco acudió Adán Martín, presidente de Canarias, que acaba de actuar de anfitrión durante la visita de los Reyes en aquella comunidad.

Como se había anunciado, los portavoces de Izquierda Unida, Esquerra Republicana de Catalunya y el Grupo Mixto rechazaron unirse a la celebración, en la que Juan Carlos no escondió la satisfacción que le embarga por la tarea que ha realizado durante tres décadas con el apoyo de los ciudadanos.

Declaraciones de Arzalluz

Representantes de las Fuerzas Armadas, la Iglesia católica, empresarios y sindicatos, así como de las reales academias y de la diputación de la nobleza participaron en el acto. Por su parte, el expresidente del PNV, Xabier Arzalluz, manifestó en San Sebastián que sentía "vergüenza" ante tantas alabanzas infundadas. A su juicio, el Rey participó en la transición "para salvar su patrimonio".