El 29 de enero del 2007, el pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha aprobó por unanimidad la propuesta de reforma del Estatuto de la comunidad. Ayer la misma Cámara acordó, con los votos favorables de los diputados socialistas y el rechazo de los del PP, solicitar al Congreso la retirada del texto. Las insalvables diferencias entre unos y otros respecto a la política hídrica han acabado dinamitando un proyecto de Estatuto que quedó sentenciado la semana pasada, cuando el PP votó contra el texto en la Comisión Constitucional del Congreso después de intentar enmendarlo para rebajar sus pretensiones en temas de agua.

Entre la votación del 2007 y la bronca sesión de ayer María Dolores de Cospedal fue designada secretaria general del PP. Una nueva responsabilidad que obligó a la líder de los populares castellanomanchegos a atender las reivindicaciones de los dirigentes del partido de otras comunidades, como Valencia y Murcia. También con el agua.

En el pleno de ayer, el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda, acusó a De Cospedal de dejar "tirada" a su comunidad y de haber actuado como "un verdadero caballo de Troya" al servicio de otros intereses, y agregó que el PP decidió su voto contrario al Estatuto en el Congreso, cuando "Valcárcel llegó para apretar las tuercas". Aludía así al presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, defensor del trasvase Tajo-Segura, infraestructura cuestionada en la propuesta de reforma estatutaria castellanomanchega.

La dirigente conservadora optó también por el ataque directo y acusó a Barreda de preferir "prender fuego al Estatuto" antes que negociar la contrapropuesta del PP. De Cospedal afir-mó que la retirada del Estatuto constituye un "fracaso personal" de Barreda y le instó a abandonar el cargo "por dignidad".