Lo primero que dijo ayer Pedro Sánchez tras la ejecutiva socialista es que la reunión solo había tenido un «tema», la «situación en Cataluña», y que había una frase que iba a resumir toda su intervención. «La elección del señor Joaquim Torra ha destapado las vergüenzas racistas del secesionismo», dijo el secretario general del PSOE, en sintonía con ese nuevo mensaje territorial, mucho más duro frente a los independentistas, que despliega en los últimos tiempos. Por su largo historial de artículos supremacistas, Sánchez llamó «racista» al nuevo president hasta en ocho ocasiones más, «Cataluña necesita un president que gobierne, no un racista al frente de la Generalitat», señaló.

Al mismo tiempo, el PSOE emitió una declaración que insistía en esa idea. «Se ha pasado de un argumento democrático puro que olvidaba en todo caso el respeto debido a las reglas del juego, normas y procedimientos (no hay democracia sin Constitución) a un argumento etnicista, irracional, emotivo, que recuerda al peor nacionalismo basado en prejuicios, en defensa de la pureza de la raza o la identidad excluyente de la cultura, al margen de los principios y valores que definen la civilización y la democracia», explica el documento socialista.

Sánchez dijo que las tesis de Torra, quien en su día llamó «bestias con forma humana» a los castellanoparlantes en Cataluña, no son muy distintas a las de la «extrema derecha» que ha crecido en Europa desde el 2008 al calor de la recesión económica. ««En España eso no había ocurrido, no había surgido una extrema derecha, una corriente xenófoba, supremacista, con una representación institucional importante. Eso ya lo tenemos. Torra no es más que un racista al frente de la Generalitat. No es ni más ni menos que el Le Pen de la política española», dijo el secretario general del PSOE.

Por eso, continuó, hay que hacer «pedagogía». Y por eso, dijo también, es necesario que Ciudadanos aparque las críticas al Gobierno por su presunta tibieza en Cataluña y que Podemos reniegue del derecho de autodeterminación y se una al eje constitucionalista.

«Hay que explicar que el desafío no es ajeno a lo que ocurre en la UE y que va a exigir tiempo. Va a trascender la acción de un solo gobierno y de un solo partido. Así que debemos reclamar, ejercer y practicar la unidad de las fuerzas políticas que defendemos el orden constitucional. Esta no es una cuestión ideológica, es prepolítica. En todo caso, el PSOE al posicionarse enfrente de este supremacismo y este racismo está haciendo un ejercicio de coherencia con nuestra historia».

CIUDADANOS / Mientras, el presidente de Cs, Albert Rivera, comentó ayer que el escenario en Cataluña «tiene mucha pinta» de estar abocado a unas nuevas elecciones pactadas por los partidos independentistas para los próximos meses, incluso para hacerlas coincidir con las municipales de 2019, que también serán autonómicas en buena parte de España.

Además, Inés Arrimadas, líder naranja en Cataluña, añadió que Torra «no tiene un plan de gobierno, sino un plan de secesión», por lo que no ha nombrado a un gobierno sino a un «comité de operaciones» para hacer realidad el proceso secesionista.