"Los españoles deben saber que vuestro trabajo y vuestro sacrificio aportan estabilidad al mundo y también seguridad a España". Cerca de una de las fronteras más calientes --la que separa el Líbano e Israel--, la titular de Defensa, Carme Chacón, rindió ayer un navideño homenaje a los 1.074 soldados desplegados en el Líbano porque, en su opinión, realizan una contribución "sobresaliente" para eliminar "uno de los principales focos de inestabilidad".

Antes de desear felices fiestas a los militares, la ministra, que realizó una visita relámpago de ocho horas, destacó el hecho de que, por vez primera, "España está al mando de una misión de las Naciones Unidas", formada por 12.000 cascos azules de 32 países. El general de división Alberto Asarta es comandante de la Fuerza Provisional de la ONU para el Líbano (Unifil) desde el pasado enero y ha visto prorrogado su mandato hasta enero del 2012. Precisamente, la semana pasada el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, transmitió a la titular de Defensa la satisfacción de su organización con el trabajo que realiza España para vigilar el precario alto el fuego existente en el sur libanés.

MESES COMPLICADOS "La ausencia de guerra abierta no es la paz --subrayó ayer la ministra--, pero es la condición para que alguna vez estos pueblos se reconcilien y se alcance una paz duradera". En agosto del 2006, el Ejército israelí y milicianos chiís libaneses del Partido de Dios (Hizbulá) protagonizaron uno de los enfrentamientos más enconados de los últimos años en Oriente Próximo. Tras el cese de las hostilidades, en septiembre, 600 infantes de Marina desembarcaron en las playas de Tiro para abrir una base en Marjayún, en el interior.

Los próximos meses serán complicados para las tropas. Hay que "lograr que el Gobierno israelí complete su retirada de la parte norte de Gadjar", destacó Chacón. "Si eso se concretara, asistiríamos al principal avance político del conflicto de los últimos años", añadió.

Nada más tomar tierra en Beirut, la ministra se entrevistó con el presidente libanés, Michel Suleimán. Desde allí voló en helicóptero hasta la Base Miguel de Cervantes, en Marjayún, donde pasó revista a las tropas y depositó una corona de flores en el monumento a los caídos. Ocho militares españoles han perdido la vida en más de cuatro años de misión, seis en atentados.

Entre las personalidades que acompañaban a Chacón estaba Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes. Esta institución y Defensa firmaron ayer varios convenios para impulsar la difusión de la lengua y la cultura españolas en la base.