Con la respuesta aprendida y sin salirse ni un ápice del guión. La ministra de Defensa, Carme Chacón, trató ayer de explicar a la opinión pública los motivos que han llevado a la retirada de las tropas en Kosovo, una decisión que, como repitió media docena de veces, ha sido "de todo el Gobierno" y basada en el principio "inamovible" de que los objetivos militares y humanitarios "se han cumplido" y ya no hay nada que hacer en un lugar al que no se reconoce su independencia unilateral.

Chacón no hizo ninguna concesión a un posible fallo de coordinación con otros ministerios, como el de Exteriores, o con los países aliados de la OTAN. Como única respuesta subrayó que la intención del Gobierno era conocida meses antes y que se contaba con una "dificultad de partida", por las divergencias de los miembros de la organización respecto a la soberanía del territorio. Tampoco comentó si se había sentido "desautorizada" por las explicaciones dadas por el secretario general de la Presidencia, Bernardino León, al consejero de Seguridad Nacional de EEUU, James Jones, y se limitó a destacar las "magníficas relaciones" entre ambos países.

Ante la evidente falta de organización en el seno del Gobierno, fuentes de la Moncloa no quisieron aportar detalles ayer sobre ni cuándo ni cómo ni quiénes tomaron la decisión. "La coordinación entre Asuntos Exteriores, Presidencia y Defensa funcionó, como es habitual", aseguraron esas fuentes.

"POR SOLIDARIDAD" "Nadie le puede pedir a España que participe en algo que no reconoce", remató la ministra desde la base de Rota (Cádiz) en su primera rueda de prensa a solas desde que asumió el cargo. Y alegó, además, que se ha actuado de la misma manera que otros países en situaciones similares. Así, recordó que España participó "por responsabilidad y solidaridad" en una misión de paz amparada por la ONU, con el encargo de salvaguardar el regreso de los refugiados y desplazados, la libertad de movimiento en el territorio y la protección de las minorías. Una vez declarada la independencia se trata de "una misión más policial", apuntó.

La ministra --que el jueves se reunirá con el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop, en Bruselas, para coordinar los detalles del repliegue-- informó de que el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Julio Rodríguez, empezó ayer a analizar los detalles con el máximo responsable de la operación Kfor.

Chacón quería mostrar así que "se han hecho y se harán esfuerzos informativos" para trasladar esta decisión a los aliados y consideró que, como titular de Defensa, "lo más correcto" era comunicárselo "directamente en persona" a los soldados que trabajan en situación de riesgo.

El grueso de las tropas se replegarán antes de final de septiembre, acomodándose al ritmo de rotaciones de los militares en el exterior. El contingente que parta en mayo ya no será relevado y los escasos soldados que permanezcan tras el traspaso de competencias se dedicarán a la recogida de infraestructura y logística. La decisión, dijo en otro momento de la rueda de prensa, obedece a "las necesidades operativas y de planeamiento de las Fuerzas Armadas".

En este sentido, fuentes estadounidenses y españolas confirmaron ayer que León, en su encuentro con Jones en Washington, ofreció la colaboración española en la nueva estrategia de seguridad para Afganistán que la Administración de Barack Obama presentará a sus aliados en La Haya del día 31. De hecho, este tema y la reunión entre Obama y José Luis Rodríguez Zapatero, en abril, tendrían que haber sido los dos asuntos estrellas de esa cita si los aliados de la OTAN no hubieran mostrado su sorpresa y decepción por el anuncio de Chacón.

El sábado, un día después de esa reunión en Washington, Miguel Angel Moratinos llamó a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para darle más detalles de la salida de Kosovo, según explicó él mismo ayer desde Seúl, donde está de visita oficial.

Mientras, Mariano Rajoy dijo que el presidente se ha convertido en una "máquina implacable de generar desconfianza".