La ministra de Defensa, Carme Chacón, en su primer desfile militar desde que tomó posesión, lejos de meter el dedo en la llaga sobre el desafortunado comentario de Mariano Rajoy, que el día anterior había afirmado, cuando pensaba que no se le oía, que le parecía un "coñazo" tener que asistir a la parada con motivo de la fiesta nacional, disculpó al líder del PP, al asegurar que no cree que opine eso sobre las Fuerzas Armadas.

"No creo que el sentimiento auténtico del líder de la oposición sea el que ayer por el sábado expresó", aseguró la ministra a TVE poco antes del comienzo del desfile, presidido como cada año por los Reyes y el resto de la familia real, con la asistencia de prácticamente todo el Gobierno y representantes de las altas instituciones del Estado.

Si en anteriores ocasiones la presencia o ausencia de los líderes autonómicos o el paso de la bandera estadounidense protagonizaron la jornada, ayer todas las miradas estaban puestas en Rajoy, quien, acompañado por su esposa, apareció unos minutos después de la llegada de la bandera y de que sonara el himno nacional, y siguió el acto con semblante serio y sin hablar prácticamente con ninguno de sus compañeros de tribuna, entre ellos el portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso, o sus correligionarios Pío García-Escudero y Soraya Sáenz de Santamaría.

LAS REACCIONES El vicesecretario de comunicación del PP, Esteban González Pons, fue el único conservador que insistió en las poco afortunadas palabras de Rajoy, después de que este el sábado emitiera un comunicado en el que no se disculpaba pero sí mostraba su apoyo al Ejército. Pons, en una entrevista en la SER, restó importancia al "desliz" al considerarlo una "anécdota de la que no hay que extraer consecuencias".

Mientras tanto, el número dos del PSOE, José Blanco, en contraste con la actitud de la ministra de Defensa, afirmó que Rajoy "tiene sentimientos de quita y pon". Y el protagonista del lapsus, durante la recepción en la Zarzuela, no quiso hacer declaraciones pero, con un gesto, indicó a los periodistas que el error le ha servido para aprender a guardar silencio.

Los asistentes a la parada no mostraron rechazo a Rajoy, pero sí abuchearon, aunque en menor medida que otros años, al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. Quizá influyó que el presentador anunció la llegada del presidente, que es cuando arreciaron los gritos y silbidos, mientras que no mencionó al jefe de la oposición.

Preguntados por este diario, varios de los asistentes, en su mayoría grupos familiares, dieron su opinión sobre la indiscreción de Rajoy. Casi todos replicaron que el desfile "no es un coñazo" y que los militares merecen "todo el respeto". Muchos incluso disculparon al líder popular.

SIN EXHIBICION AEREA La parada estuvo más deslucida que otros años porque el mal tiempo impidió la participación del bloque aéreo. Y había menos banderas españolas que en el 2007, cuando en plena crispación entre el Gobierno y el principal partido de la oposición, el PP emprendió una campaña en defensa de los símbolos nacionales. En total participaron 4.600 militares --un 13% de mujeres, claro sello de la ministra-- y 250 vehículos, entre ellos los blindados Lince. En el homenaje a los caídos intervinieron 16 familiares de fallecidos este año, entre ellos la viuda y el hijo de Luis Conde, asesinado por ETA.