El lunes, sentada en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York junto a Felipe González, Bill Clinton y Tony Blair, la titular de Defensa, Carme Chacón, recordó los "momentos históricos" de las elecciones de los tres exmandatarios mencionando la edad que ella tenía en cada uno de ellos (11, 21 y 25 años, respectivamente). Fue una situación extraña que motivó las risas de los veteranos, a los que, sin querer, la ministra estaba llamando viejos. Pero fue también el mejor resumen del objetivo que se marcó John Podesta, el exasesor de Clinton y fundador de la organización progresista Global Progress, al reunir a dichos políticos en un seminario de dos días organizado junto a la Fundación Ideas, que dirige Jesús Caldera, para buscar respuestas de la izquierda ante la crisis: "Unir a algunos de los más exitosos líderes de gobiernos progresistas con estrellas en ascenso".

Chacón es una de las políticas que Podesta ha identificado como esas nacientes "promesas" para el futuro. Ayer aprovechó su estancia en Nueva York para reunirse con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, con el que abordó la cuestión de la piratería en el Indico. Y la víspera, tanto ella como la líder de los socialdemócratas daneses, Helle Thorning Schmidt, y el secretario de Estado alemán, Matthias Machnig, compartieron escenario, análisis y propuestas con los más experimentados.

DIAGNOSTICO COMUN González presentó la charla apelando a un diagnóstico común de los progresistas ante la crisis, sus repercusiones y la formulación de un nuevo modelo económico para evitar la persistencia de "una economía globalizada sin reglas que volverá a crear una burbuja". Clinton apuntó a los problemas de comunicación del Ejecutivo de Barack Obama como una de las causas que explican los malos resultados de los demócratas en las elecciones legislativas de EEUU. Por su parte, Blair se preguntó: "¿Por qué la crisis económica no ha producido una ola de auge de los partidos de izquierda?". Y él mismo se respondió: "Porque la gente no piensa que el gran gobierno sea la respuesta".

Entre los ponentes más jóvenes, Thorning Schmidt apostó por un viraje al centro "para recuperar el espacio que la derecha ha abandonado con su giro hacia la extrema derecha", Machnig abogó por "replantear la relación existente entre Estado y mercado" y Chacón hizo un llamamiento: "Tenemos que combatir nuestros propios miedos", afirmó, y añadió que "a los conservadores les gusta convencer de que los progresistas son incompetentes económicos".