Con una camiseta de la selección española de fútbol firmada por los campeones y un vídeo con dedicatorias de Vicente del Bosque e Iker Casillas, la titular de Defensa, Carme Chacón, aterrizó ayer por la mañana en Kabul, la capital de Afganistán, donde mantuvo su primer encuentro con el nuevo comandante de las fuerzas extranjeras en el país, David Petraeus.

En su primera entrevista con un ministro de Defensa extranjero, el militar estadounidense confirmó a Chacón que la cumbre de la OTAN en Lisboa, en noviembre, servirá para afianzar la estrategia de abandonar poco a poco el país e ir cediendo la gestión a los afganos. Y Chacón lo subrayó en la base de Qala-e-Naw: "No estamos aquí para quedarnos". De hecho, como avanzó Petraeus, la labor de las tropas españolas en el aeropuerto de Kabul permitirá que esta sea una de las primeras instalaciones transferidas, a partir del verano del 2011.

Mucho han cambiado las cosas desde la última visita de la ministra al país, el 2 de febrero, cuando viajó para recoger el cadáver del soldado John Felipe Romero. El 4 de julio, Petraeus asumió el cargo de comandante de las fuerzas de la OTAN, después de la destitución del general Stanley McChrystal por unas declaraciones en las que criticaba la gestión de EEUU en Afganistán. Con 150.000 soldados de 46 países a su mando, 1.330 de ellos españoles, Petraeus se enfrenta a una cada vez más creciente insurgencia talibán con una estrategia que mantiene los plazos de retirada. Pero como dijo un general español tras entrevistarse con su colega estadounidense, este "ha salido al terreno de juego a ganar". Chacón escuchó de Petraeus lo que este ya ha dicho varias veces desde que fue nombrado: tras nueve años de una sangrienta batalla en la que la cifra de muertos de la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán) no deja de crecer, los ejércitos extranjeros siguen con la única idea de "ganar la guerra". Porque la estrategia no ha variado, pese a las críticas recibidas de quienes creen que proteger a los civiles reduciendo los ataques aéreos ha mermado la seguridad de los militares.

Ajena a las manifestaciones de otros gobiernos, como el británico, que ha anunciado que en el 2015 habrá retirado todas sus tropas, Chacón reafirmó el compromiso de José Luis Rodríguez Zapatero con Barack Obama de mantener a los militares españoles y ayudar al proyecto de afganización con la llegada de otro grupo de guardias civiles hasta completar los 40 que deben formar a la nueva policía del país en la base militar de Qala-e-Naw, cuya construcción ha dado trabajo y comida a casi toda la población de la provincia y que ha costado cerca de 40 millones, aportados por España. Pero en Afganistán hay un conflicto y, más allá de esta labor social, en los últimos meses las tropas españolas han sufrido una escalada de ataques de la insurgencia que, afortunadamente, no han causado muertos ni heridos graves. Gracias, sobre todo, a los nuevos blindados RG-31.

PUESTOS AVANZADOS Y de la misma manera que Petraeus ha mantenido en sus últimas comparecencias la fecha de inicio de retirada de las tropas estadounidenses, julio del 2011, España tampoco alterará su plan de regreso paulatino, que comenzará también el verano del próximo año, siempre y cuando se asegure la zona cedida al Gobierno afgano, lo que no será fácil.