La ministra Carme Chacón fue recibida ayer en Kabul con la mejor de las noticias. El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, anunció a la titular de Defensa que su Gobierno ha alcanzado un "alto el fuego" con el régimen talibán para la provincia de Badghis, que acoge a la mayor parte del contingente de tropas españolas en los acuartelamientos de Herat y Qala-i-Naw.

Chacón no pudo salir más "satisfecha" de un encuentro breve, que no llegó a la media hora, en el que reiteró al mandatario afgano el compromiso de España con el proceso de democratización del país y le comunicó que no tendrá reparos en incrementar el número de militares si "las condiciones de seguridad de las tropas y los cooperantes lo requieren". Porque, a pesar de esta tregua electoral prometida por los insurgentes talibanes, "los planes no varían", advirtió la ministra. Y eso quiere decir que los militares españoles seguirán trabajando en Afganistán "con la máxima precaución". Y mucho más este mes, el más mortífero para las tropas extranjeras en los siete años que ya dura esta guerra interminable tras la caída del régimen talibán.

Los 55 soldados muertos este julio, la mayoría de ellos estadounidenses y británicos, han situado el país en una situación de máxima alerta cara a las presidenciales del 20 de agosto.

Chacón aterrizó en el aeropuerto internacional de Kabul justo una semana después de que los refuerzos comprometidos con la OTAN para mejorar la seguridad del proceso electoral comenzaran a trabajar.

Son 450 soldados que, como la ministra prometió en su comparecencia en el Congreso en junio, regresarán a España tras los comicios. Solo si se requiere una segunda vuelta (se sabrá a primeros de septiembre, tras el cómputo manual de los votos) se alargaría la estancia otro mes. Con la llegada del refuerzo, España mantiene el contingente exterior más importante --1.230 miembros-- de los últimos seis años, tras los 1.300 militares que, durante nueve meses, participaron en la fuerza multinacional enviada para pacificar Irak tras la invasión del 2003.

MENSAJE A LA POBLACION La última vez que Chacón solicitó al Congreso permiso para el envío de más tropas a Afganistán solo contó con la reprobación de Gaspar Llamazares, en nombre de IU, y ERC. Y en España tampoco existe ahora ninguna ola crítica a la presencia militar en Afganistán. Al contrario, cada vez son más las voces que sostienen que la derrota de la insurgencia talibán es necesaria para hacer del mundo un lugar más seguro.

Durante las siete horas que duró el vuelo entre Madrid y Kabul, Chacón reiteró a los periodistas que le acompañan el mensaje de los gobiernos de los 25 países de la ISAF (acrónimo inglés de las fuerzas de la OTAN en Afganistán) que pasa por hacer entender a la ciudadanía que el sacrificio de vidas humanas a tantos kilómetros de distancia servirá para impedir la reaparición de un Gobierno talibán en Kabul, lo que repercutirá en la tranquilidad mundial.

El viaje de Chacón se ha preparado con total secretismo, consciente la delegación española de que los recientes desplazamientos de los titulares de Defensa alemán y francés desataron una cadena de atentados que los talibanes utilizaron para lograr repercursión internacional a las puertas de unas elecciones que intentan boicotear.