"No tengo ningún interés en afectar las relaciones con España. Pero no vamos a permitir ser señalados y quedarnos callados. Venezuela se respeta y el jefe de Estado se hace respetar". "Yo no quiero ningún conflicto con el Rey". Estas palabras, pronunciadas ayer por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fueron interpretadas por el Gobierno de España como el primer paso para solucionar la crisis diplomática que, desde el pasado sábado, afecta a ambos países.

Fue el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, quien hizo ante la prensa una lectura bienintencionada de las citadas declaraciones. "Es el camino correcto para superar la crisis", enfatizó.

Previamente, el jefe de la diplomacia española había intervenido en la Comisión de Exteriores del Senado, donde leyó a los presentes las frases de Chávez ya citadas. Pero Moratinos obvió otras perlas que también salieron de boca del líder venezolano y que aludían, entre otras cosas, a matanzas ordenadas hace 500 años desde el "Madrid imperial" para "hacer callar" a líderes indígenas.

"CONVICCION PROFUNDA" Moratinos se limitó a apuntar que la defensa de los intereses españoles en la zona "exigen" la recuperación inmediata de relaciones, y aseguró tener la "convicción profunda" de que así será, dados los "gestos" que se estaban realizando. De hecho, él mismo mantuvo el pasado lunes una conversación con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, para intercambiar puntos de vista sobre la situación creada, según informó Europa Press.

En la Cámara alta, el ministro señaló que la tensión que se vivió en la cumbre iberoamericana --en la que Chávez tachó insistentemente de "fascista" a Aznar y fue reprendido por Zapatero y llamado a callar por el Rey-- fue una "nube negra" que surgió en medio de un debate sobre modelos económico-sociales. Asimismo, defendió las actitudes del presidente y el Monarca que, según relató, sirvieron para exigir, desde la "complicidad" de ambos, que se trate a España con "respeto".

Al PP no le sirvieron las explicaciones de Moratinos. Su portavoz en la Comisión de Exteriores, Alejandro Muñoz-Alonso, indicó que ver a Chávez como un gobernante legítimo es un insulto para la democracia. Tras recordar que Hitler también llegó al poder por las urnas, reprochó al Ejecutivo que practique la diplomacia del "buenismo y el apaciguamiento", por ser la "antesala del ridículo" para España. Y solicitó que se llame a consultas al embajador o que, al menos, se haga un "gesto o ademán" ante la opinión pública. Moratinos aclaró al PP que no piensa retirar al embajador porque es necesario para la interlocución. El portavoz de CiU, Ramón Companys, se felicitó por la defensa que se hizo de José María Aznar en la cumbre, aunque las formas, dijo, fueran "mejorables", y abogó por que la política exterior de España sea cuestión de Estado. Reprochó también a Moratinos que no fuera capaz de prever y evitar lo que iba a suceder en la cumbre.

PRUDENCIA Y SENSIBILIDAD Iñaki Anasagasti (PNV) admitió su preocupación por las críticas a empresas españolas --para las que demandó seguridad-- y la forma en que España puede abordar las conmemoraciones de los bicentenarios de independencia de las repúblicas iberoamericanas. Anasagasti, que suele criticar al Rey, celebró el "¡por qué no te callas!" que le dedicó a Chávez. "Más vale un ¡coño! a tiempo que un Ave María mal rezado", proclamó. Moratinos le replicó que habrá "prudencia y sensibilidad" en la preparación del bicentenario.