España y Venezuela han cerrado una crisis diplomática que nació cuando el pasado otoño el Rey espetó su ya célebre "¿por qué no te callas?" al presidente Hugo Chávez, durante una cumbre iberoamericana. La reconciliación se produjo ayer, en el palacio mallorquín de Marivent, donde se produjo un archifotografiado apretón de manos entre ambos. Tras el reencuentro, llegó la negociación: Chávez cogió otro avión y se trasladó a Madrid para hablar con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero de inmigración y petróleo.

Chávez se mostró especialmente interesado en convencer a su anfitrión en la Moncloa de lo positivo que sería, a su juicio, crear una mesa de trabajo sobre inmigración Unión Europea-América del Sur, con especial protagonismo de España y Portugal. La iniciativa surge desde el rechazo del presidente caribeño --compartido por otros jefes de gobierno latinoamericanos-- a la directiva de la UE sobre retorno de inmigrantes. "El presidente Zapatero me dice que no se ha explicado bien. Pues de eso se trata. De crear una mesa de trabajo y de buscar fórmulas que respeten las leyes y los derechos humanos", afirmó.

Chávez traía esta y otras propuestas para debatir con Zapatero y un caramelo en el bolsillo: la posibilidad de licitar a la compañía española Repsol la explotación de otra zanja (ya tiene concedida una) de la Faja del Orinoco, una de las mayores reservas petrolíferas del mundo.

200.000 BARRILES DIARIOS Si el presidente venezolano decidiera completar ese guiño comercial a la empresa española, Repsol podría extraer en un futuro, en colaboración con la venezolana PDVSA, hasta 200.000 barriles diarios. "Esos barriles podrían venir directamente a España, que tendría garantizado petróleo para siempre", sugirió Chávez. Según sus cálculos, una operación de ese calibre podría ayudar a estabilizar el precio del crudo en tiempos de crisis y, de paso, dar un nuevo impulso a la modernización de su país, ya que se ofrecería a España la posibilidad de compensar el bajo coste de ese petróleo con inversiones en tecnología, energías renovables y construcción.

Si Venezuela acepta o no otorgar esa segunda concesión a Repsol podría saberse en breve, dado que Chávez y Zapatero planean organizar una reunión entre responsables de empresas de ambos estados para tratar este y otros asuntos de interés común.

"MANO TENDIDA" Para cerrar su comparecencia ante la prensa, ambos mandatarios hicieron de nuevo hincapié en que ayer se "pasaba página" en la crisis diplomática, algo que para el líder venezolano es crucial en un momento en que el mundo pasa "por una crisis energética, alimentaria, financiera y moral". "Hemos venido con la mano tendida y el corazón desbordado de afecto", proclamó Chávez. Y para demostrarlo, invitó a Zapatero a devolverle la visita sin mucho tardar. Por la mañana, había propuesto al Rey participar en la apertura de los actos conmemorativos del bicentenario de la independencia de Venezuela.