La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, no pudo resistir la tentación. La crema Olay Regeneris 3 de cuidados intensivos objeto de sustracción en el 2011, según ha publicado Ok Diario, debía ser en aquel momento pieza preciada para una carrera política al alza que requería el apoyo de pócimas mágicas para fortalecer el ego y mejorar el cutis. La crema Olay Regenerist 3 cuesta poco más de 20 euros.

El máster debía ensalzar el currículo y el tratamiento hidratante era el complemento perfecto para la autoestima. La híperconstrucción del personaje estaba en marcha y la otrora punki madrileña con tatu en la muñeca parecía haber finalizado la metamorfosis que debería conducirla a la presidencia madrileña. Y en ese impulso Cifuentes se decantó en Eroski por una Olay Regeneris 3 de precio moderado, algo más de 20 euros, que a Nuria Roca (estandarte publicitaria de la marca) le cuadra divina y a Cifuentes se le queda corta por la cara. ¿Es genética? se preguntan los creativos publicitarios de Olay. En el caso de Cifuentes la dosis habítual de Roca debía incrementarse para alcanzar los efectos deseados. Quizá por ello, la presidenta madrileña decidió introducir en su bolso dos potes, doble ración, según la aviesa información de Ok Diario. Las cremas antienvejecimiento son efectivas y consiguen al final un deseado cadáver de piel tersa tras miles de euros de inversión.

Debió ser impulso irrefrenable y urgencia ante una cita que requería máscara de juventud, ya que de haber diseñado un plan sesudo en vez de Eroski hubiese elegido otro marco del hurto, una tienda en barrio pijo para conseguir una crema de alto copete, solo apta para celebrities. De las de 1.000 euros. Quizá una Estée Lauder Re-Creation, o de La Prairie, o de Kanebo, o una La Mer Crème de la Mer. Pero Cifuentes se quedó en Eroski y terminaron llevándola a la trastienda tras pillarla 'in fraganti'. La entonces vicepresidenta de la Asamblea de Madrid vació el bolso y se marchó por la puerta de atrás, sin saber que había sido grabada por las cámaras. Broche final.