Josep Antoni Duran Lleida llevó ayer al límite su discurso soberanista. Como estaba previsto, la combinación explosiva de la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatut, el éxito de la multitudinaria manifestación del pasado sábado en Barcelona y la precampaña electoral catalana endurecieron el tono crítico del portavoz de CiU en el Congreso.

Duran Lleida dedicó casi la mitad de su intervención al análisis de la sentencia del TC. De un fallo que marca un antes y un después del "problema español", y de una culpabilidad compartida por los magistrados, el PSOE y el PP. Además, el portavoz de CiU responsabilizó al PSOE y el PP de usar el fallo para atacarse.

Como también era previsible, Zapatero buscó en su réplica mantener el equilibrio entre no romper puentes con los nacionalistas y, al mismo tiempo, lanzar guiños de complicidad al PSC. Ello se acabó concretando, por una parte, en expresiones de "admiración" hacia el sentimiento de identidad propia del pueblo catalán y de "comprensión" con su "inquietud e incertidumbre" tras el fallo del Tribunal Constitucional. Aunque concluyó que las reglas están para respetarse, pese a que generen "contradicciones aparentes".