Hace menos de un mes, Convergència pidió al PNV que no facilitara a José Luis Rodríguez Zapatero la aprobación de los presupuestos generales del Estado. Vamos, que le forzara a convocar elecciones anticipadas. El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, le paró los pies a CDC. "Ya somos mayorcitos", protestó. Artur Mas zanjó ayer tan inusual rifirrafe con un elogio al "sentido de Estado" de la cúpula del PNV. Subrayó no solo que España tendrá presupuestos para el 2011 "gracias a los nacionalistas vascos", sino que además se prestó a defender los réditos que el País Vasco obtendrá gracias a su apoyo parlamentario. "Cuando Manuel Chaves, como presidente de Andalucía, se llevaba los millones por doquier, todo el mundo aplaudía", dijo.

La defensa de Mas del modo en que Zapatero ha conseguido cerrar un acuerdo sobre las cuentas del Estado tuvo, como era previsible, un recuerdo para las ocasiones en las que CiU ha sido el punto de apoyo del Gobierno español. Recordó, sin ir más lejos, que antes del verano fue la federación nacionalista la que posibilitó que Zapatero llevara a buen puerto su plan de austeridad económica, y echando mano de episodios anteriores, rememoró las ocasiones en las que la estabilidad política de España dependía de Jordi Pujol. "Muchas veces, en los últimos 30 años, hemos tenido más sentido de Estado los partidos nacionalistas, a los que se nos suele tildar de separatistas, que los propios partidos estatales", aseguró Mas en una entrevista en Onda Cero.

EL DESEO INDEPENDENTISTA El propio Mas, durante la entrevista, puso sobre la mesa por lo tanto la cuestión del independentismo, y sobre ello terminó por versar parte del diálogo radiofónico. ¿Querría que Cataluña fuera un Estado independiente? Como en anteriores ocasiones, el dirigente de CiU no lo negó. Dijo que ese es su "deseo personal" --"¿o voy a ser el único humano sobre la Tierra que tiene un deseo que no puede cumplir?"--, pero puntualizó que no es, pese a ello, el objetivo de CiU a corto plazo.