La comisión de investigación del 11-M decidió ayer por unanimidad abrir una nueva ronda de comparecencias y proseguir sus trabajos. La decisión se produjo después de que el PSOE reconociera de forma inesperada "lagunas en la investigación" y planteara la necesidad de aclarar "la imprevisión" sobre el terrorismo islamista del Gobierno de José María Aznar.

El portavoz socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, dejó caer la posibilidad de que la comisión siga trabajando durante "dos o tres meses". En todo caso, la decisión de ayer de acometer una segunda ronda de comparecencias proyectará la sombra de la masacre sobre el próximo congreso del PP, que se celebra del 1 al 3 de octubre, algo que su líder, Mariano Rajoy, no deseaba de ninguna manera.

La presión de los grupos minoritarios fue determinante para evitar que se diese el cerrojazo a la comisión. El PSOE se mostraba satisfecho con la labor realizada hasta finales de julio. Incluso llevaba un borrador de 113 folios con las conclusiones. "Lo esencial sobre el 11-M ya se conoce", había manifestado el lunes el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Tanto él como el líder del PP, Rajoy, descartaron la citación de Aznar.

EXIGENCIAS Sin embargo, los grupos minoritarios mantuvieron su exigencia de que comparezca el expresidente del Gobierno. En la calle, la propia presidenta de la asociación de víctimas del 11-M, Gloria Escribano, reclamó su testimonio: "Algo tendrá que decir", manifestó.

Ante la pasividad del PSOE y del PP, los grupos minoritarios se conjuraron para impedir el "carpetazo" que se temían. El PNV llegó a plantear que se votasen las nuevas comparecencias si no había consenso. Pero no se llegó a votar, ya que entonces se conoció la noticia de la falta de entendimiento entre Zapatero y Rajoy en la reunión que mantenían en la Moncloa y los socialistas estuvieron de acuerdo en ampliar los interrogatorios.

Su portavoz, Alvaro Cuesta, manifestó después que lo ocurrido entre el 11 y el 14 de marzo ha sido "investigado exhaustivamente", pero que hubo "imprevisión y descoordinación en la política sobre el terrorismo islamista y hay que seguir investigando si el 11-M se pudo evitar".

DESCONCIERTO DEL PP El giro del PSOE desconcertó al PP, que esperaba el cierre de las comparecencias. Pese a ello, su portavoz, Vicente Martínez Pujalte, salvó la situación recordando que su grupo había pedido el interrogatorio de los confidentes de la trama del explosivo y del exsecretario de Seguridad, Ignacio Astarloa. Incluso salió de la reunión con los brazos en alto, haciendo el signo de la victoria.

Horas después, los socialistas se reunieron con representantes de CiU, ERC, PNV, IU-ICV y el Grupo Mixto para consensuar las futuras comparecencias ante la reunión del día 15, pero mantuvieron su indefinición sobre la comparecencia de Aznar.