Tras el atentado de Barajas, punto final a nueve meses de alto el fuego, el PP empezó a deslizar reproches contra el Gobierno pero sin cargar las tintas, a la espera de que la banda aclarara sus intenciones. Pero el comunicado del martes, en el que ETA ratifica la tregua y al mismo tiempo amenaza con más atentados, llevó ayer a Mariano Rajoy a recrudecer sus ataques contra José Luis Rodríguez Zapatero, que el Ejecutivo replicó con similar virulencia. Disparadas las hostilidades, la recomposición del consenso antiterrorista se antoja cada vez más lejana.

De poco sirvió la deferencia del presidente con el líder del PP, invitado el lunes a la Moncloa para pactar una respuesta unitaria frente a ETA. Ayer, en Antena 3 TV, Rajoy exigió a Zapatero que desmienta "categóricamente" haber adquirido los "compromisos" con la banda que esta apunta en su comunicado; le emplazó a anunciar la ruptura de "cualquier negociación, conversación o diálogo" con los etarras o la izquierda aberzale; y le acusó de "revivir a Batasuna y ETA" merced a la tregua.

TRES INICIATIVAS Pero, sobre todo, el líder del PP avanzó sus primeras iniciativas concretas tras el fin de la tregua, que expondrá el lunes en la comparecencia parlamentaria de Zapatero. Rajoy defenderá que el Congreso inste al Gobierno a defender ante el Tribunal de Estrasburgo la ilegalización de Batasuna; que emplace al fiscal general a perseguir al entorno de ETA; y, sobre todo, que la Cámara revoque la resolución del 2005 en la que, sin apoyo del PP, autorizó el diálogo con ETA a condición de que cesara la violencia. O, lo que es lo mismo, que prohíba cualquier contacto con los etarras.

Esta última proposición no de ley, que el PP llevará en febrero al pleno del Congreso, forzará a todos los grupos que apoyaron aquel texto --empezando por el PSOE-- a aclarar si mantienen su disposición a dialogar con ETA cuando se den las condiciones fijadas o si, por contra, tras el atentado retiran el aval que otorgaron al Gobierno para negociar el final del terrorismo.

Rajoy hace así añicos la estrategia de Zapatero, que quiere pasar página del extinto proceso de paz sin abjurar de los principios que le llevaron a impulsarlo --la apuesta por una solución dialogada al terrorismo en ausencia de violencia, entonces, y tal vez en un futuro-- y sin transmitir a los etarras el mensaje de que, tras el asesinato de los dos ecuatorianos en Barajas, sigue abierta la puerta de la negociación. La votación que promueve el PP, por tanto, sitúa al PSOE ante un complejo dilema.

Tanto es así que Alfredo Pérez Rubalcaba, en plena ronda de contactos para buscar la unidad contra ETA, eludió avanzar qué hará el PSOE cuando tenga que pronunciarse y optó por afear a Rajoy que saliera con una "iniciativa que divide a los demócratas tras un atentado". "ETA ni marca la agenda ni deroga resoluciones", sentó el ministro visiblemente indignado con una propuesta que, a su juicio, persigue romper la unidad de los que, en el 2005 y ahora, apoyan al Gobierno.

A la misma hora en que Rajoy lanzaba esta ofensiva, Teresa Fernández de la Vega abría otro frente con el PP. La vicepresidenta primera del Ejecutivo, además de excluir que Batasuna concurra a las próximas elecciones municipales --"no veo forma de que se presente a ningún sitio"--, exigió "responsabilidad" al PP y le reprochó que se aferre al pacto antiterrorista firmado con el PSOE: "No entiendo ese afán de pegarse a un papelito". Luego aclaró que el acuerdo va "más allá de un papelito", que tiene elementos "muy válidos y otros que no, porque ha pasado el tiempo". Pero la polémica ya estaba servida. Rajoy no se paró en las aclaraciones. Consideró una "burla a los españoles" la expresión de la vicepresidenta y exigió que Zapatero ofrezca una "rectificación pública". Los conservadores han decidido, además, llevar la brega política sobre la pacificación de Euskadi a la tercera conferencia de presidentes autonómicos, que hoy se celebra en el Senado. Los barones del PP anunciaron que aprovecharán la cita, que preside Zapatero, para exigirle que rectifique su política contra ETA y regrese al pacto antiterrorista.

CUMBRE DE BARONES Precisamente Rajoy reunió ayer en Madrid a los presidentes autonómicos del PP para fijar la estrategia. A la salida, el riojano Pedro Sanz no aclaró si los barones populares exigirán esa "rectificación" a Zapatero de viva voz o mediante un escrito formal, pero justificó esta demanda en que "alguien tiene que hablar claro en este país" para disipar las "dudas" y "lagunas" de las declaraciones del Gobierno.