Los usos y costumbres parlamentarios deberían tener, en principio, validez en todas las cámaras. Pero, por lo visto, alguna está exenta. Solo eso explica que en parlamentos como el de Madrid el grupo mayoritario --el PP-- se niegue a dar la presidencia de una comisión de investigación a un grupo minoritario. No lo ha hecho ahora, con la trama de espías, pero tampoco lo hizo en la investigación sobre el tamayazo

(el cambio de voto de dos diputados del PSOE que arrebató la presidencia al socialista Rafael Simancas, en el 2003). Algo muy diferente ocurre en el Congreso, que ha acogido ya una quincena de comisiones sobre catástrofes de aviación, Rumasa, financiación de partidos, Gescartera o el 11-M. En todas ellas, un grupo minoritario tuvo la presidencia.